Te matará sin pestañear
El Ojo es un largometraje británico de ciencia-ficción/horror de 1958 cuyo humilde origen es la miniserie de televisión The Trollenberg Terror, emitida por la compañía británica ATV a finales de 1956. En los Estados Unidos se acortó su duración y se la llamó The Crawling Eye, aunque en sucesivos reestrenos tuvo títulos como Creature from Another World, The Creeping Eye y The Flying Eye. La versión cinematográfica fue producida por Robert S. Baker y Monty Berman para la pequeña Tempean Films — compañía que también había financiado el original. Jimmy Sangster adaptó el guión televisivo de Peter Key, mientras que tanto el serial como la película fueron dirigidos por Quentin Lawrence. Eros Films Ltd. distribuyó el film en el Reino Unido y Distributors Corporation of America en los Estados Unidos. Los principales intérpretes son Forrest Tucker, Laurence Payne, Jennifer Jayne, Janet Munro y Warren Mitchell. Stanley Black, más conocido como director de orquesta, compuso una partitura sorprendentemente buena. La trama describe cómo el mediador de la ONU Alan Brooks y el periodista Philip Truscott investigan los extraños accidentes ocurridos en una montaña cerca de Trollenberg, Suiza, y terminan descubriendo una siniestra invasión alienígena.
Póster de la versión estadounidense (foto: Wrong Side of the Art!)
Tras el arrollador éxito de la BBC con su serie The Quatermass Experiment (y el de la posterior película), la emisora privada ATV concibió algo en la misma línea como parte de sus Saturday Serials, un thriller de ciencia-ficción con elementos de misterio y terror llamado The Trollenberg Terror. Sus seis episodios mantuvieron a la audiencia pegada a la butaca y la productora, viendo lo que había hecho la Hammer con Quatermass, reconoció las posibilidades y preparó una versión fílmica: el resultado todavía se recuerda como una de las películas más inquietantes de la época, incluso aunque algunos de sus momentos más aterradores sean en cierto modo ilógicos. Quentin Lawrence, cuya dirección en el serial había sido mucho más pausada, mantiene en El Ojo un ritmo tan alto, sin embargo, que el espectador tiende a saltarse los aspectos incoherentes — ayudado, desde luego, por la pura truculencia de algunas escenas.
Otros aciertos de la producción son el equilibrado guión de Sangster, capaz de comprimir los mejores momentos del original en menos de noventa minutos, y la cuidada fotografía de Monty Berman, que alterna deliberadamente planos generales simples y realistas con otros más elaborados en las escenas dramáticas. Por último, las actuaciones son en general excelentes. El estadounidense Forrest Tucker fue elegido para interpretar el rol de Brooks, personaje que no aparecía en la serie; por entonces se pensaba que encabezar el reparto de una película británica con una reconocible figura americana dispararía sus expectativas en la taquilla local y también ayudaría a acceder al mercado estadounidense. Laurence Payne conservó el papel de Truscott, ahora coprotagonista. Janet Munro ofrece una de las mejores interpretaciones de su trágicamente corta carrera como la clarividente Anne Pilgrim. Lo peor del film quizás sea la baja calidad de algunos efectos especiales y un argumento algo previsible.
El monstruo de El Ojo aparece brevemente en la novela Eso (1986) de Stephen King. John Carpenter ha declarado que esta película, con sus criaturas ocultas entre nubes, fue su inspiración para La Niebla (1980).
En un remoto pueblo alpino comienzan a desaparecer montañeros; al principio se piensa que podría tratarse de simples accidentes. Pero la llegada de las dos hermanas Pilgrim, una de las cuales siente una especie de conexión telepática con alguien o algo de la montaña, atrae el interés del norteamericano Alan Brooks, mediador de Naciones Unidas. Brooks sospecha que las desapariciones están relacionadas con una serie de incidentes similares ocurridos tres años antes en los Andes en los que estaba presente una inexplicable formación nubosa. Junto al profesor Crevett, quien ha estado controlando los niveles de radiación en la zona por orden del Gobierno suizo, y al reportero inglés Philip Truscott, descubren que la Tierra ha sido invadida por una raza de alienígenas gigantescos camuflados en una densa nube radiactiva. Hasta ahora se han contentado con ocultar su existencia y experimentar telepáticamente con algunos sujetos humanos, pero el profesor cree que están a punto a descender de la cumbre y envolver el pueblo como preludio de un ataque a gran escala...
Una extraña nube en la cara sur del Trollenberg que nunca se mueve (foto: The Dwrayger Dungeon)
El profesor Crevett revela que la nube es radiactiva — y Brooks recuerda (foto: The Dwrayger Dungeon)
La psíquica Anne Pilgrim tiene una horrible premonición (foto: The Dwrayger Dungeon)
Truscott, Brooks y el alcalde Klein, horrorizados (foto: The Dwrayger Dungeon)
La gélida nube mortal desciende sobre Trollenberg (foto: The Dwrayger Dungeon)
Anne es atacada por un esclavo mental de los alienígenas (foto: The Dwrayger Dungeon)
El Observatorio de Crevett, último refugio (foto: The Dwrayger Dungeon)
«¡No!» (foto: The Dwrayger Dungeon)
Trailer de la película (vídeo: YouTube)
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