lunes, 28 de diciembre de 2015

Viaje a la Prehistoria

El río del tiempo


Viaje a la Prehistoria es una película checoslovaca de fantasía/ciencia-ficción en color dirigida y producida para los Estudios Gottwaldov por Karel Zeman en 1955. Se trata de la primera obra de Zeman que incluyó actores reales en combinación con animación de stop-motion y otras técnicas; Arnošt Kupcik, Jindrich Liska y Zeman fueron los responsables de los efectos especiales. El guión pertenece al propio director y a J. A. Novotný. Los cuatro intérpretes infantiles son Vladimír Bejval, Petr Herrmann, Zdeněk Husták y Josef Lukáš, los cuales se embarcan en un viaje en canoa hacia el pasado donde encuentran diversos animales antediluvianos. La trama recuerda vagamente a la novela Plutonia (1915), del paleontólogo ruso Vladimir Obruchev, y también a El Mundo Perdido (1912), de Sir Arthur Conan Doyle, pero es probable que su base literaria sea V pravěkém světě (1927), del escritor checo Arnošt Caha — aunque no aparece acreditado. El estilo documental del film, mostrando especies extintas en sus hábitats naturales, fue de lo más novedoso en su época y se adelantó a producciones posteriores que describían la vida prehistórica con propósitos educativos más que de entretenimiento. Emil František Burian y František Strangmüller compusieron la banda sonora.

Póster de la película (foto: Una Página de Cine)

En 1966 el empresario estadounidense William Clayton, cuya compañía había estado comercializando dibujos animados de producción soviética, estrenó una versión con metraje adicional filmado por Fred Ladd. Contenía un inicio y un final diferentes ambientados en el Museo Americano de Historia Natural, Nueva York, y fue editada en segmentos de unos seis minutos para ser exhibida como serial en varias cadenas de televisión.

Póster de la versión estadounidense (foto: Una Página de Cine)

El diseño de producción de Ivo Mrdzek, Zdeněk Rozkopal y Karel Zeman estuvo fuertemente influido por el paleo-arte del celebrado pintor checo Zdeněk Burian, y gran parte de la imaginería de la película se inspira en las reconstrucciones que Burian había pintado siguiendo las directrices del paleontólogo Josef Augusta. En algunas escenas (como la del Estiracosaurio), se emplearon pinturas originales de Burian animadas en tiempo real, mientras otras secuencias (como las del Dinoterio y el Uintaterio) combinaban modelos de dos y tres dimensiones filmados con stop-motion.

Estegosaurio acosado, según Burian (foto: Zdeněk Burian)

Posiblemente por razones de continuidad, también fueron utilizados perfiles en 2-D para mostrar especies actuales — bisontes, flamencos, antílopes o jirafas. En dos o tres casos aparecen intercaladas brevemente imágenes de animales reales y se animaron asimismo modelos de los actores y su embarcación. Además de las numerosas miniaturas, el equipo recurrió a modelos de animales y plantas de tamaño real. Estas heterodoxas técnicas permitieron que la película fuera muy distinta visualmente de las producciones de Hollywood características del período. Parte del rodaje tuvo lugar en localizaciones del río Morava, cerca de Bzenec, y en la reserva natural de Osypané břehy.

Para muchos, si Viaje a la Prehistoria no es una gran película, sí que es un entretenimiento fascinante. Aunque muy envejecida por la ingenuidad con la que se trata el tema, hay algo atractivo en esta inocencia. El espectador también puede encontrar pasado de moda el contenido científico y algunos de los efectos especiales, pero la naturaleza artificial de dichas secuencias tiene encanto propio y de hecho amplifica la atmósfera irreal de la historia. La falta de lógica de la película, dada su premisa, se disculpa fácilmente.

Cuatro amigos — Petr, Toník, Jenda y Jirka — navegan por un río que se adentra en una misteriosa cueva y sale a un extraño paisaje primitivo. A medida que remontan la corriente se dan cuenta de que están viajando más y más atrás en el tiempo, afrontando diversos peligros en el proceso — y aprendiendo mucho sobre la vida de hace millones de años.

El Mamut Lanudo observa a los chicos (foto: Česko-Slovenská filmová databáze)

Un Brontosaurio, tal como se llamaba a la especie en los años 1950 (foto: Česko-Slovenská filmová databáze)

El imponente Estiracosaurio (foto: Česko-Slovenská filmová databáze)

Los muchachos en el Período Carbonífero (foto: Česko-Slovenská filmová databáze)

Trailer de la película (vídeo: YouTube)

Cesta do praveku (1955) on IMDb


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lunes, 21 de diciembre de 2015

A 20 Millones de Millas de la Tierra

No provoques al Ymir


A 20 Millones de Millas de la Tierra (también conocida como La Bestia de Otro Planeta) es una película de ciencia-ficción de 1957 escrita por Robert Creighton Williams y Christopher Knopf, quienes se basaron en un argumento original de Ray Harryhausen desarrollado por Charlotte Knight. El film fue producido por la modesta Morningside Productions de Charles H. Schneer para Columbia Pictures y dirigido por Nathan H. Juran. Como otras varias colaboraciones entre Schneer y Columbia, la idea tras la película era explotar el fascinante talento para la animación mediante stop-motion de Harryhausen. La historia cuenta cómo una nave espacial que regresa del planeta Venus se estrella en las costas de Sicilia; de ella sale una peligrosa criatura de aspecto reptiliano que rápidamente crece hasta un tamaño gigantesco. El film lo protagonizan William Hopper, Joan Taylor, Frank Puglia, John Zaremba, Thomas Browne Henry, Tito Vuolo y el niño Bart Braverman (como "Bart Bradley"). La música — sin acreditar — pertenece a Mischa Bakaleinikoff.

Póster de la película (foto: Wrong Side of the Art!)

Una de las creaciones más recordadas de Ray Harryhausen estuvo inspirada por su deseo de pasar unas vacaciones en Europa. En 1952, sin dinero, el "Mago de los Efectos Especiales" escarbó en su archivo buscando una trama que exigiese rodar en el viejo continente. Una posibilidad era The Giant Ymir, que mostraba a una criatura del espacio exterior sembrando el caos en una gran metrópoli ("Ymir" es el padre de los gigantes de la escarcha en la mitología nórdica, aunque en la película el monstruo finalmente no tiene nombre alguno ni mucho menos relación con el hielo); Harryhausen eligió Roma como infortunada victima del monstruo extraterrestre a la vez que destino vacacional. El viaje se retrasaría cuatro años. Su amiga Charlotte Knight reescribió la historia y pulió sus muchos defectos mientras Harryhausen elaboraba bocetos de las escenas de acción y los remitía a los estudios. Casi todos rechazaron la idea, que parecía demasiado costosa, hasta que llegó al productor de películas de monstruos Charles Schneer. Después de haber trabajado juntos en Surgió del Fondo del Mar (1955) y La Tierra contra los Platillos Volantes (1956), Schneer confiaba en las habilidades de Harryhausen y sabía cómo mantener el film dentro del presupuesto.

Cubierta de la adaptación novelada (foto: TCM)

Ray Harryhausen consiguió por fin su viaje a Roma en septiembre de 1956, donde pasó dos semanas buscando localizaciones e incluso intervino como extra en la película. Del reparto principal sólo William Hopper se trasladó a Italia. El resto de las escenas se filmaron, en unos diez días, en los Estados Unidos. Fue la última película en blanco y negro de Harryhausen y, excepto por La Gran Sorpresa (1964), también la última ambientada en el mundo moderno. El diseño original del Ymir, un cíclope gigante, aparecería en su siguiente obra, la deliciosa Simbad y la Princesa (1958), título que inició una larga serie de aventuras fantásticas (con monstruos, naturalmente) situadas en un pasado romántico.

Algunos citan entre las virtudes de A 20 Millones de Millas... un guión inteligente (por tópico que sea), un ritmo rápido y unos excepcionales efectos especiales. Como muchas otras películas de ciencia-ficción del período, los personajes no dejan una gran impresión; en realidad, el más desarrollado y el que se gana la lealtad del espectador — uno de los paralelos del film con King Kong (1933) — es la propia criatura, característica que se acentuaría en las siguientes películas del legendario maestro de la animación.

Al volver de su misión secreta en el primer viaje tripulado a Venus, un cohete estadounidense realiza un aterrizaje forzoso en el Mediterráneo cerca de un pequeño pueblo pesquero italiano. Los lugareños se las arreglan para rescatar a dos de los tripulantes, incluido el coronel Robert Calder, líder del vuelo. Un niño también encuentra en la playa una extraña masa gelatinosa dentro de un contenedor hermético y la lleva al doctor Leonardo, zoólogo que está de paso en la localidad junto a su hija Marisa. El doctor extrae de la masa un diminuto ser similar a un lagarto. Expuesta a la atmósfera terrestre, la criatura venusiana dobla su tamaño cada 24 horas y pronto se libera para rondar por el campo buscando su alimento: azufre. Finalmente amenaza a la propia Roma y obliga al Ejército a tomar medidas drásticas.

Los pescadores buscan supervivientes (foto: Badmovies.org)

El doctor Uhl y el general de división McIntosh se preguntan por la suerte del cohete (foto: Badmovies.org)

Pepe hace su descubrimiento (foto: Badmovies.org)

El coronel Calder intenta sacar alguna información del gravemente herido doctor Sharman mientras Marisa trata de contenerlo (foto: Badmovies.org)

Esa noche, el doctor Leonardo y Marisa encuentran a la criatura (foto: Badmovies.org)

La reacción del pueblo romano (foto: Badmovies.org)

Nada puede detener al venusiano (foto: Badmovies.org)

El monstruo que emerge del Tíber es descomunal (foto: Badmovies.org)

Trailer de la película (vídeo: YouTube)

A 20 millones de millas de la Tierra (1957) on IMDb


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lunes, 14 de diciembre de 2015

El Sueño Negro

Lo que hizo por amor


El Sueño Negro (1956) es una película estadounidense de terror y ciencia-ficción con guión de John C. Higgins (a partir de una historia de Gerald Drayson Adams). La produjeron Howard W. Koch y Aubrey Schenck para Bel-Air Productions, como parte de un acuerdo con la distribuidora United Artists para financiar cuatro películas. El film fue dirigido por el austríaco Reginald Le Borg y su impresionante reparto incluye a Basil Rathbone, Akim Tamiroff, Lon Chaney, Jr., John Carradine, Bela Lugosi, Herbert Rudley, Patricia Blake, Phyllis Stanley y Tor Johnson. La escabrosa trama relata cómo un cirujano inglés del siglo XIX experimenta en secreto y sin escrúpulos con "pacientes" bajo los efectos de una potente anestesia, intentando descubrir la manera de curar el tumor cerebral de su esposa. Les Baxter compuso una atmosférica banda sonora. United Artists estrenaría El Sueño Negro como cabeza de cartel en un programa doble con The Creeping Unknown.

Póster de la película (foto: Wrong Side of the Art!)

Los productores ofrecieron únicamente el título a United Artists y ésta autorizó un presupuesto de 229.000 dólares (que acabaron siendo 235.000). Posteriormente se escribiría el guión. Las exigencias económicas de Peter Lorre hicieron que se le sustituyera por Akim Tamiroff; Lorre, junto a Boris Karloff, fue una de las pocas estrellas del cine de terror que no participaron en el proyecto. A su vez, el director elegido inicialmente, Allen H. Miner, fue reemplazado por Le Borg debido a la experiencia de este último en el género. El film se rodó en doce días en los studios Ziv de Hollywood. En general el ambiente fue bueno, aunque por lo visto existieron tensiones entre Lugosi y Chaney. Hope, última esposa del húngaro, afirmó más tarde que «[en el rodaje] todos bebían como peces».

El Sueño Negro fue la primera producción de Lugosi tras su salida de la clínica de desintoxicación (había sido adicto a la morfina durante diez años), y también su última película completa, pues falleció menos de dos meses después del estreno — aparecería póstumamente en imágenes caseras en Plan 9 del Espacio Exterior (1959). Frustrado con la falta de diálogos de su personaje, un sirviente mudo, agobió a Le Borg hasta que éste rodó algunas escenas adicionales para complacerlo; dicho metraje no se utilizó en el film.

Para los primeros planos en la escena de la operación fue contratado un auténtico neurocirujano del Hospital Cedros del Líbano (los sesos, en cambio, eran de atrezzo). Robert Kinoshita se ocupó de la dirección artística. Las memorables caracterizaciones de las víctimas del doctor Cadman fueron diseñadas por el actor y artista Nick Volpe.

United Artists puso en marcha rápidamente su máquina publicitaria. El último día de rodaje, John Carradine, Tor Johnson, Bela Lugosi y otros actores se fueron a cenar al restaurante Tail o' the Cock vestidos y maquillados como sus personajes — los fotógrafos de la prensa habían sido convenientemente avisados. A continuación realizaron una gira por la Costa Oeste, acompañados por la presentadora de televisión Vampira. Para el estreno en Nueva York, UA gastó 20.000 dólares en sendas figuras de cera de Rathbone, Carradine, Chaney, Lugosi, Tamiroff y Louanna Gardner (la comatosa Angelina Cadman), las cuales fueron facturadas en ataúdes individuales. El programa doble recaudaría más de 1.600.000 dólares antes de su primer año, el cuádruple de lo que habían costado las dos películas juntas.

Chaney, Carradine y Lugosi, junto a un infortunado Johnson en una imagen promocional (foto: Listal)

La crítica de la época fue benevolente con El Sueño Negro, considerándola «una buena diversión a su manera horripilante y aterradora». Con el tiempo se la ha valorado como «decepcionante», por desaprovechar un reparto de leyendas del terror con un guión aburrido y una dirección plana (pese a salvar algunas interpretaciones). Hay quien ve esta película como el canto del cisne del cine de horror clásico de los años 1930; por otra parte, anticipa en varios aspectos la reinvención del género propuesta muy poco después por Hammer Film Productions.

Inglaterra, 1872. La noche antes de ser ajusticiado por un asesinato que no ha cometido, el joven doctor Gordon Ramsey recibe en su celda la visita de un antiguo mentor, el eminente cirujano Sir Joel Cadman. Cadman promete al condenado un entierro digno y le ofrece un somnífero, el cual Ramsey toma ignorante de que se trata en realidad de la droga india llamada nind andhera ("sueño negro"), inductora de un estado cataléptico similar a la muerte. A la mañana siguiente Ramsey es declarado cadáver y su cuerpo entregado a Cadman, quien prontamente lo revive y lleva a su hogar en una remota abadía. Sir Joel explica a Ramsey que necesita su talento para ayudarle en un proyecto, aunque se resiste a exponerlo claramente. De hecho, la esposa de Cadman está en coma debido a un tumor en el cerebro, y él trata de encontrar una ruta quirúrgica segura para extraerlo experimentando con otros cuerpos. Ramsey descubre que los sujetos — proporcionados por Udu el Gitano — siguen vivos, anestesiados por el "sueño negro", y...

Sir Joel presenta a Udu y el doctor Ramsey (foo: Cool Ass Cinema)

El trabajo del doctor Cadman (foto: Cool Ass Cinema)

El doctor oculta en el sótano los monstruosos fracasos de sus experimentos (foto: Cool Ass Cinema)

Perseguido por sus errores (foto: Cool Ass Cinema)

Trailer de la película (vídeo: YouTube)

The Black Sleep (1956) on IMDb


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lunes, 7 de diciembre de 2015

Spaceways

Viaje precipitado


La película de 1953 Spaceways es una coproducción en blanco y negro de la británica Hammer Films y la estadounidense Lippert Studios. Dirigida por Terence Fisher, se filmó enteramente en los Estudios Bray en Windsor, Inglaterra, con Michael Carreras como productor y el norteamericano Robert L. Lippert como coproductor no acreditado. El guión de Paul Tabori y Richard H. Landau se basa en un popular serial radiado en 1951 por la BBC, cuyo autor Charles Eric Maine — pseudónimo de David McIlwain — transformaría posteriormente en una novela. Encabezan el reparto Howard Duff, Eva Bartok, Andrew Osborn, Alan Wheatley y Cecile Chevreau. La historia trata del primer viaje al espacio, a cargo de los doctores Stephen Mitchell y Lisa Frank, con el trasfondo del matrimonio fracasado de Mitchell, la infidelidad de su esposa y el asesinato de ésta (del cual es sospechoso), y su incipiente romance con la doctora Frank. La banda sonora pertenece a Ivor Slaney. Spaceways fue distribuida por Exclusive Films en el Reino Unido y por Lippert Pictures en los Estados Unidos.

Póster de la película (foto: Wrong Side of the Art!)

Ambientada en Inglaterra en los albores de la Era Espacial (con la enésima interpretación del "primer vuelo tripulado al espacio"), la película pertenece a una época en que la ciencia-ficción "seria" necesitaba una gruesa envoltura de melodrama. Es considerablemente sobria, sin rastro de concesiones a la sensibilidad juvenil y, en comparación con las que la seguirían, abusa de los diálogos — probablemente una característica debida a su ascendencia radiofónica. Pero también es un satisfactorio thriller dramático de la vieja escuela. La dirección de Terence Fisher consigue sugerir dobles lecturas sin parecer forzadas; Fisher rodaría algunos excelentes "Horrores de la Hammer" efectistas y chillones, pero en Spaceways recurre a muy pocos adornos. A su favor tiene el generalmente verosímil trabajo de todo el reparto. Esta modesta producción utiliza algunos efectos especiales procedentes de Cohete K-1 (1950) e imágenes reales de V-2.

Spaceways no fue bien recibida por la crítica y pronto se vio relegada a la segunda parte de programas dobles o como título de relleno en autocines (curiosamente, tanto Carreras como Fisher declararon que la película tenía poco que ofrecer). Aunque llevar el serial radiofónico al cine había obligado a comprimir la historia, el ritmo es excesivamente lento hasta el último tercio de la película. Éste sería el segundo proyecto de ciencia-ficción de Hammer Films tras Four Sided Triangle (1953); dos años después el estudio lograría un éxito arrollador con la adaptación de otro serial, esta vez de televisión, El Experimento del Doctor Quatermass.

El experto en cohetes estadounidense Stephen Mitchell trabaja día y noche para alcanzar su objetivo de enviar al espacio el primer satélite hecho por el hombre. Entretanto, su esposa Vanessa tiene una relación con un colega del científico, el doctor Philip Crenshaw. Mitchell lo descubre y al poco tiempo el satélite parte al espacio — antes de lo que estaba previsto. Dado que el lanzamiento ha coincidido con la desaparición de Vanessa y su amante, acusan a Mitchell de asesinar a la pareja y ocultar sus cadáveres en la nave espacial. Con el fin de probar su inocencia, Mitchell se ofrece voluntario para tripular un segundo cohete junto a la matemática Lisa Frank y realizar una búsqueda en el satélite que continúa orbitando la Tierra.

El doctor Smith advierte a la doctora Frank (foto: British Film Institute)

Algo va mal durante el vuelo (foto: British Film Institute)

Stephen y Lisa, en problemas (foto: British Film Institute)

¡Sabotaje! (foto: British Film Institute)

Trailer de la película (vídeo: YouTube)

Spaceways (1953) on IMDb


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lunes, 30 de noviembre de 2015

La Bestia de la Cueva Maldita

Horror en la nieve


La Bestia de la Cueva Maldita es una económica — por no decir algo peor — y poco conocida película de terror/ciencia-ficción que produjo en 1959 Gene Corman para Northern Pictures. Fue dirigida por Monte Hellman y está protagonizada por Michael Forest, Frank Wolff, Sheila Noonan (como «Sheila Carol»), Richard Sinatra (sobrino de Frank) y Wally Campo. Filmada en hermosos escenarios naturales de Dakota del Sur, relata la llegada de una banda de atracadores a una aislada estación de esquí, donde los persigue una gigantesca criatura con aspecto de araña — para comérselos. Allied Artists distribuyó este film en programa doble con La Mujer Avispa. El guionista Charles B. Griffith reescribió su propio trabajo para Naked Paradise (1957), convirtiéndolo en una película de monstruos; una tercera versión de esta línea argumental aparecería en la comedia de 1961 El Monstruo del Mar Encantado. Alexander Laszlo y Fred Katz, este último sin acreditar, compusieron la música.

Póster de la película (foto: Wrong Side of the Art!)

Monte Hellman y Roger Corman, dueño de la compañía productora, cerraron el acuerdo para dirigir este film con un simple apretón de manos. Corman pagó 1.000 dólares al novato realizador. De manera inusual para una película de bajo presupuesto, el rodaje se llevó a cabo en localizaciones de las Colinas Negras, incluyendo las escenas de la caverna (las cuales se filmaron en una mina abandonada cerca de Deadwood). El uso de armas de fuego dentro de la mina provocó desprendimientos, lo que puso nerviosos a algunos actores y técnicos. Hubo asimismo dificultades con la atmósfera enrarecida en el interior de las galerías, hasta el punto de que fue necesario bombear aire fresco desde el exterior; el problema nunca se solucionó del todo. Corman rentabilizaría el viaje rodando a continuación Ski Troop Attack en los mismos escenarios con varios miembros del equipo y el reparto de La Bestia...

La espeluznante criatura del título fue diseñada por el actor Chris Robinson, quien también la "interpretó". Uno de los aciertos del film es no mostrarla abiertamente pese a resultar bastante convincente. Los personajes son interesantes (mérito de Griffith), aunque la dirección de Hellman resulta torpe. El abrupto final, que deja en el aire el destino de los supervivientes, tiene otra explicación: se había planeado una secuela que no se llegó a rodar. Esta extraña fusión de thriller criminal con rehenes y película de monstruos — subgénero cuyo paradigma sería Abierto hasta el Amanecer (1996) — recibiría en general malas críticas. Se puede ver gratuitamente en The Internet Archive.

El gangster Alex Ward, su novia Gypsy Boulet y sus secuaces Marty y Byron llegan a Deadwood, Dakota del Sur, con la idea de robar lingotes de oro. Reclutan a un instructor de esquí local, Gil Jackson, y planean servirse de él como guía para salir del territorio tras el atraco. La banda provoca una explosión en una cueva cercana como distracción durante el robo y se hace con el botín. Sin embargo, una ventisca los obliga a refugiarse en la cabaña de Jackson, donde Gypsy enfría los ánimos de Ward con su obvio interés en Gil; al hampón no le importa, ya que tiene intención de matar a su guía en cuanto no le sea útil. Pero la explosión ha irritado a una monstruosa criatura que vive en las profundidades de la gruta, para desgracia de cualquiera que se aventure cerca de su guarida...

El baile de Gypsy con Gil pone celoso a Alex (foto: The Dwrayger Dungeon)

El atraco (foto: The Dwrayger Dungeon)

Huida a las montañas (foto: The Dwrayger Dungeon)

Tensa espera en la cabaña aislada por la ventisca (foto: The Dwrayger Dungeon)

Se descubre otra entrada a la cueva (foto: The Dwrayger Dungeon)

Una víctima en la "despensa" de La Bestia (foto: The Dwrayger Dungeon)

Otro infortunada presa ya digerida (foto: The Dwrayger Dungeon)

Defensa desesperada (foto: The Dwrayger Dungeon)


Película completa (vídeo: The Internet Archive)

La bestia de la cueva maldita (1959) on IMDb


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lunes, 23 de noviembre de 2015

El Hombre H

"H" de horripilante


El Hombre H es una película japonesa de ciencia-ficción en color y Tohoscope dirigida en 1958 por el prolífico Ishirō Honda. Esta producción de Tomoyuki Tanaka para los Estudios Toho reúne a otras leyendas del género, a saber, Eiji Tsburaya en los efectos especiales y Takeshi Kimura en el guión (basado en una historia de Hideo Unagami). Con el recurrente trasfondo de la Era Atómica, cuenta cómo la investigación policial sobre una serie de misteriosas desapariciones en Tokio lleva a descubrir una espeluznante amenaza mutante oculta en las cloacas de la ciudad. Los principales actores son Yumi Shirakawa, Kenji Sahara, Akihiko Hirata, Koreya Senda, Makoto Satō y Yoshifumi Tajima. La atractiva banda sonora, con toques de jazz, es obra de Masaru Satō e incluye dos números musicales interpretados por la protagonista.

Póster de la película (foto: Wikipedia)

Esta película — cuyo título original 美女と液体人間/Bijo to Ekitai Ningen tiene la poética traducción de "La Bella y los Hombres Líquidos" — fue la primera del subgénero de "mutantes" para Toho y se mantiene como una de las más inusuales en la filmografía de Honda. Como muchas de las exportaciones más populares del estudio en los años 1950 y 1960, empezando por Japón bajo el Terror del Monstruo (1954), se basa en los devastadores efectos secundarios de las armas atómicas. La "H" del título alude, por supuesto, al hidrógeno, ya que el "monstruo" es consecuencia del ensayo de una bomba termonuclear; más que ningún otro, el film evoca el notorio incidente del arrastrero Daigo Fukuryū Maru, contaminado por la lluvia radiactiva procedente del dispositivo Castle Bravo detonado en el atolón Bikini.

Póster de la versión estadounidense (foto: TCM)

Si bien la película es parca en su explotación de las rezumantes criaturas, los efectos especiales son impresionantes y más que aterradores para la época, sobre todo los que muestran a las víctimas siendo rápidamente disueltas y consumidas. Supuestamente, Columbia Pictures (distribuidora del film en los Estados Unidos) editó algunas de estas secuencias debido a su naturaleza escabrosa. Las alucinantes imágenes de cuerpos licuándose se consiguieron mediante modelos hinchables de látex a los que se extraía el aire, creando dicha ilusión al proyectarse a elevada velocidad. Otros efectos incluían decorados capaces de rotar sesenta grados, modelos en miniatura y una recreación a escala de las alcantarillas de Tokio.

Algunos acusaron a El Hombre H de ser una copia de su contemporánea The Blob — aunque tienen poco en común más allá de una masa gelatinosa que devora carne humana. El film de Honda es en realidad una mezcla de thriller de ciencia-ficción y cine negro, con una trama que conjunta policías, marinos, cantantes de club nocturno, científicos y traficantes de drogas contra una amenaza mortal. La película puede no haber igualado la taquilla de Godzilla o Rodan, pero en su día mereció comentarios más favorables. La crítica valoró su cuidada factura y bien pensado guión. Igualmente, los hábiles y aterradores efectos, junto a las excelentes interpretaciones, le han proporcionado un encanto duradero.

Un negocio de drogas sale mal y el gangster Misaki trata de huir; los testigos le ven desaparecer en la calle dejando sus ropas como único rastro. La policía interroga sin éxito a su esposa, la cantante Chikako Arai, y más tarde uno de los rivales del traficante intenta sacarle la verdad a golpes. Tras dejarla, se esfuma en las mismas circunstancias que Misaki. Poco después el joven doctor Masada informa al inspector Tominaga de un caso similar en un barco aparentemente abandonado y hallado por unos pescadores, tres de los cuales han sido atacados por una sustancia verdosa que disuelve todo lo que toca. Esta especie de líquido viviente es todo lo que queda de la tripulación del "barco fantasma" después de atravesar la nube radiactiva producida por una bomba de hidrógeno. Policía y científicos corren contra el tiempo cuando descubren que ahora los "Hombres H" se ocultan en el sistema de alcantarillado de la capital nipona...

Chikako en plena actuación (foto: The Dwrayger Dungeon)

Los pescadores abordan el Ryujin Maru N.º 2 (foto: The Dwrayger Dungeon)

Hallazgos siniestros (foto: The Dwrayger Dungeon)

El doctor Masada prueba la máquina llamada "Ceniza de la Muerte" (foto: The Dwrayger Dungeon)

Un "Hombre H" se materializa en el apartamento (foto: The Dwrayger Dungeon)

Invulnerable a las balas (foto: The Dwrayger Dungeon)

Devorando a otra víctima (foto: The Dwrayger Dungeon)

Las criaturas deben ser destruidas a toda costa (foto: The Dwrayger Dungeon)

Trailer de la película (vídeo: YouTube)

El Hombre H (1958) on IMDb


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