Jugando a ser dioses
La película de 1958 El Monstruo sin Rostro es una producción de John Croydon y Richard Gordon para la compañía independiente británica Amalgamated Productions distribuida por M-G-M. Está basada en la historia corta de 1930 El Monstruo del Pensamiento, obra de la escritora pulp de misterio y ciencia-ficción Amelia Reynolds Long y publicada originalmente en la revista Weird Tales. El guionista norteamericano Herbert J. Leder escribió la adaptación y había sido elegido para dirigir la película, pero no pudo obtener a tiempo el permiso de trabajo y le sustituyó Arthur Crabtree. Los protagonistas son Marshall Thompson, Kynaston Reeves, Michael Balfour y Kim Parker. La acción se ambienta en una instalación militar en Canadá y describe las misteriosas muertes causadas por una forma de vida invisible que se apodera de cerebros humanos para reproducirse.
Forrest J Ackerman, notable personalidad de la ciencia-ficción, era agente literario de Long y fue quien negoció la venta de su relato a los productores de la película. Ésta se rodó por entero en Inglaterra; se adoptó un escenario canadiense para interesar al público de ambos lados del Atlántico, siendo fácil de replicar en localizaciones inglesas. El reparto consistió principalmente en actores estadounidenses y canadienses expatriados, junto con unos pocos británicos doblados por norteamericanos.
Póster de la película (foto: FilmAffinity)
Las criaturas del título fueron creadas mediante la técnica del stop-motion, algo inhabitual para un film de tan bajo presupuesto. El director de estas secuencias fue Florenz Von Nordoff, mientras que el proceso en sí lo hizo en Munich el artista alemán de efectos especiales K. L. Lupel. La música fue compuesta por Buxton Orr.
En julio de 1958 El Monstruo... se estrenó en el Cine Rialto de Times Square, en Nueva York. Los productores expusieron en un tanque de vidrio frente al local un «Monstruo viviente y respirando» que sobresaltaba a los mirones moviéndose periódicamente y emitiendo sonidos amenazantes con ayuda de un dispositivo eléctrico oculto. Las multitudes que se reunían para verlo se hicieron tan grandes que finalmente la policía ordenó retirar el tanque por desorden público.
Cinco meses más tarde, el film provocó un escándalo después del estreno nacional en el Cine Ritz del West End londinense. El Consejo Británico de Censores de Películas había requerido varios cortes antes de su exhibición y eventualmente recibió el Certificado 'X', pero de todos modos la prensa quedó pasmada ante sus escalofriantes efectos especiales. De hecho, en el Parlamento se preguntó por qué se había autorizado la proyección, cuestionando posteriormente «en qué pensaba la industria británica al intentar batir a Hollywood en su propio juego de sobredosis de sangre». Actualmente pasa por ser una de las mejores películas de serie B del decenio y algunos creen que «puede ser la película más gore de su época».
En un pequeño pueblo rural, no lejos de una instalación de radar estadounidense en la provincia de Manitoba, empiezan a ocurrir muertes inexplicables. Las autopsias revelan que las víctimas fueron asesinadas y que sus cerebros y médulas espinales han desaparecido; únicamente hay unas marcas en la nuca del cadáver como posible pista. Los lugareños están convencidos de que la causa es una fuga de radiación en las pruebas con un radar que utiliza energía nuclear. Pero el comandante Jeff Cummings, investigador del caso, opina que se trata de una especie de "vampiro mental". Sospecha del profesor R. E. Walgate, un científico retirado que experimenta con la telequinesis, y saca a la luz un secreto aterrador.
Trailer de la película (vídeo: YouTube)
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