Los prisioneros de Gudavia
Producido por Warwick Films en los estudios de M-G-M en Elstree, Inglaterra (con localizaciones en Austria), y distribuido por Columbia Pictures en los Estados Unidos, el largometraje británico de 1956 El Monstruo del Rayo Gamma es una de las mayores rarezas de la década. Sobre el papel, el argumento (acerca del uso de los rayos gamma para provocar la evolución — o más bien la involución — de seres humanos) se encuadra en el género de la ciencia-ficción; tal como fue escrito, dirigido e interpretado, no obstante, combina elementos de comedia, terror, fantasía, espionaje y anticomunismo. La película fue dirigida por John Gilling y protagonizada por Paul Douglas, Eva Bartok, Leslie Phillips, Walter Rilla, Martin Miller, Philip Leaver y Michael Caridia. Gilling asimismo escribió el guión a medias con el productor John Gossage, a partir de un relato de Louis Pollock. The Gamma People, su título original, se exhibió en programa doble con la adaptación de la novela de Orwell 1984. George Melachrino compuso la banda sonora.
Póster de la película (foto: Wrong Side of the Art!)
El guión definitivo surgió de un borrador realizado a principios de los años 1950 por el futuro gran director Robert Aldrich, cuyo nombre no se cita en los títulos de crédito. Los derechos fueron adquiridos por el productor Irving Allen, pero pasaría un tiempo hasta que Allen financiase la película junto a su socio Albert R. Broccoli (quien ganaría fama coproduciendo la serie de James Bond). El papel principal se ofreció a Paul Douglas, actor norteamericano de primera fila que acompañaba a su esposa Jan Sterling durante el rodaje de 1984, al cual se unió Leslie Phillips, recién empezada su larga carrera como encarnación de estereotipos británicos. Ambos talentos cómicos acaparan la pantalla casi todo el tiempo.
La comedia hace constantemente juegos malabares con perturbadoras escenas de locura, conmoción y crueldad que no tienen nada de graciosas. En su día las reseñas tomaron nota de la desconcertante fusión de géneros, valorándola generalmente como «torpe». Los críticos modernos, aunque conscientes de los defectos de la película, admiten que sigue siendo extrañamente interesante. La imaginaria Gudavia parece una mezcolanza de otros estados de ficción como la Borduria de Tintin, la Mythania de Rip Kirby o la Ruritania de El Prisionero de Zenda. The Gamma People atrapa la atmósfera sofocante y ligeramente irreal de un estado totalitario y algunas situaciones "de opereta" son de hecho reconocibles en regímenes del presente.
El periodista norteamericano Mike Wilson y el fotógrafo británico Howard Meade cruzan Europa en tren para cubrir el festival de música de Salzburgo. De repente, alguien desengancha su vagón y acaban en una vía muerta en Gudavia, un diminuto país del bloque oriental que ha permanecido aislado del mundo exterior desde la misteriosa muerte de su rey cinco años atrás. Son inmediatamente arrestados como espías. El tiránico líder del país es el doctor Boronski, quien, temeroso de atraer una atención no deseada, libera a los reporteros. Wilson olfatea una historia y comienza a investigar. Descubre que Boronski ha estado experimentando con niños y rayos gamma para crear una raza de genios sobrehumanos; hasta el momento, sin embargo, sólo ha obtenido autómatas brillantes pero sin emociones o violentos "Brutos" descerebrados. Atrapados en la hermética Gudavia, Wilson y Meade reciben una nota implorando ayuda de Paula, hermana de uno de los "experimentos"...
Mike y Howard atraviesan el pintoresco paisaje centroeuropeo (foto: Cool Ass Cinema)
El doctor Boronski ante su infame máquina (foto: Cool Ass Cinema)
Los fracasos no interrumpen los experimentos (foto: Cool Ass Cinema)
Hugo (foto: Cool Ass Cinema)
Howard y un "Bruto" (foto: Cool Ass Cinema)
Los extravagantes gustos artísticos de Hugo (foto: Cool Ass Cinema)
Hordas de pequeños sicarios hacen más opresivo el ambiente de Gudavia (foto: Cool Ass Cinema)
Presas del doctor Boronski (foto: Cool Ass Cinema)
Trailer de la película (vídeo: YouTube)
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