El tamaño sí importa
Conocida también por los títulos de El Ataque de los Títeres Humanos o La Rebelión de los Muñecos, Ataque Diabólico es una película de ciencia-ficción de 1958 dirigida por Bert I. Gordon. Gordon puso en producción el film a toda prisa a través de Alta Vista Productions para aprovechar el éxito de El Increíble Hombre Menguante. El director, cuya obsesión eran las películas de criaturas gigantes, cambió aparentemente de registro en esta historia sobre un excéntrico fabricante de muñecos con terror a la soledad, el cual crea una máquina capaz de reducir el tamaño de una persona a unos pocos centímetros. El guión fue escrito por George Worthing Yates a partir de una historia de Gordon. En el reparto figuran June Kenney, John Agar y John Hoyt. Albert Glasser compuso la banda sonora, con la colaboración de Don A. Ferris (música) y Henry Schrage (letra) en la canción You're My Living Doll, que interpreta Marlene Willis en una de las escenas más notorias. American International Pictures lo estrenó en programa doble con La Guerra de la Bestia Gigante, secuela de El Asombroso Hombre Creciente (1957).
Póster de la película (foto: Wikipedia)
Como era habitual, Bert I. Gordon realizó él mismo los efectos visuales con la técnica de retroproyección — ayudado esta vez por su esposa Flora. "Mr. BIG" solía hacer la mayor parte del trabajo en su garaje. Se construyeron asimismo diversos elementos de atrezzo de gran tamaño y la compañía telefónica prestó un teléfono gigante que utilizaba para propósitos publicitarios. Los decorados causaron problemas a los actores, los cuales no disponían de dobles: en una escena Ken Miller y John Agar tuvieron que ascender y descender a pulso de una enorme mesa, por lo que al día siguiente apenas podían moverse y fue necesario llamar a un masajista (el calendario de rodaje era de un par de semanas y no se podía perder ni un día). Miller también recordaba que durante dicha escena sus pantalones empezaron a desgarrarse, pero el director, tras preguntarle si llevaba ropa interior, le ordenó seguir trepando. Con todo, el momento más embarazoso para Miller — según propia confesión — fue dar la réplica a Marlene Willis mientras ésta le cantaba «tú eres mi muñeco viviente».
El film ha adquirido cierta consideración como película "de culto" entre los aficionados de la serie B. Más allá de la superficial confrontación entre lo grande y lo pequeño, importa la enfermiza necesidad del Sr. Franz de poseer diminutos compañeros a los que manipular a su antojo, así como su incapacidad para entender por qué éstos se rebelan contra su cómoda existencia — una historia con reminiscencias de la muy superior Muñecos Infernales (1936). El tratamiento del tema de la soledad ha llevado a algunos críticos a mirarlo con otros ojos, un terror psicológico con un villano trastornado e incomprendido poderosamente interpretado por John Hoyt. Sin embargo, el guión desaprovecha muchas de las posibilidades de su patético personaje. Y tampoco explica satisfactoriamente — o insatisfactoriamente — de dónde ha sacado los conocimientos científicos necesarios para su invención.
Las creaciones del Sr. Franz, un fabricante de juguetes emigrado de Europa, son famosas por su detallada artesanía. El orgullo de su colección son unos muñecos guardados en cápsulas de vidrio que parecen asombrosamente vivos... La razón es que son de hecho seres humanos miniaturizados y mantenidos en un estado de animación suspendida. El Sr. Franz ha reunido una "familia" y no deja de aumentarla, impulsado por un miedo cerval a quedarse solo y la extrema necesidad de controlar su propio universo. Como nueva adquisición se ha fijado en su empleada Sally Reynolds, la cual sustituye a la anterior secretaria de Franz (misteriosamente desaparecida sin dejar rastro). El Departamento de Policía tiene varios casos similares sin resolver, pero no establece una conexión hasta que Sally denuncia la falta de su prometido Bob Westley. Poco después la joven también desaparece para unirse a Bob y al resto de "muñecos vivientes" en una extraña cautividad, donde se les despierta periódicamente de un profundo sueño para entretener al Sr. Franz...
Algunos "muñecos" disfrutan sin preocupaciones de sus pequeñas vidas (foto: TCM)
Intentando comunicarse con el exterior (foto: TCM)
Bob contempla enfurecido lo que Franz hace con Sally (foto: TCM)
Hartos de ser unos títeres — para asombro del Sr. Franz (foto: TCM)
Trailer de la película (vídeo: YouTube)
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