lunes, 25 de abril de 2016

Die Nackte und der Satan

Perder la cabeza


Die Nackte und der Satan (literalmente "La Desnuda y Satanás") es un largometraje de la República Federal Alemana escrito y dirigido por Victor Trivas. Producida en 1959 por el especialista en películas de serie Z Wolf C. Hartwig para Rapid Film, esta insólita muestra del cine de terror/ciencia-ficción que refleja los días de gloria del Expresionismo alemán fue distribuida por Prisma en su país de origen y por Trans Lux Distributing Corporation en los Estados Unidos, a donde llegó en 1961. Los protagonistas son Horst Frank, Karin Kernke, Helmut Schmid, Paul Dahlke, Dieter Eppler, Kurt Müller-Graf, Christiane Maybach y Michel Simon. Willy Mattes y un no acreditado Jacques Lasry compusieron la banda sonora. Los sencillos pero eficaces efectos visuales fueron obra de Theo Nischwitz.

Póster de la película (foto: Filmportal.de)

La película es más conocida por su título estadounidense The Head, mientras que en México se exhibió como Satanás y la Mujer Desnuda; para su pase en la televisión germana se llamaría Des Satans nackte Sklavin ("La Esclava Desnuda de Satanás"). Estos títulos son tan sensacionalistas como engañosos: en el film no se pueden encontrar ni esclavos ni demonios — y ni siquiera desnudos. Cuenta cómo el doctor Abel inventa una fórmula capaz de conservar con vida los tejidos orgánicos; cuando sufre un ataque al corazón, el enloquecido doctor Ood mantiene viva su cabeza para obligarlo a colaborar en un abominable experimento.

Póster de la versión francesa (foto: Wrong Side of the Art!)

El escritor y director de origen ruso Victor Trivas — nominado al Oscar en 1947 por la historia original de El Extraño — dio a esta escabrosa película un tono inusualmente serio, utilizando el arquetipo del "científico loco" para cuestionar los límites de la experimentación con seres humanos. También puso un énfasis en el erotismo sorprendentemente atrevido para su época, característico de posteriores "Horrores de la Hammer" — o mejor del arte decadente de la República de Weimar. De hecho Trivas, quien no había dirigido en casi un cuarto de siglo, se rodeó de veteranos del movimiento expresionista como el director de fotografía Georg Krause y el diseñador artístico Hermann Warm — responsable, por ejemplo, del impactante aspecto visual de El Gabinete del Doctor Caligari (1920). Warm (en colaboración con Bruno Monden) envolvió Die Nackte und der Satan en una atmósfera sombría, claustrofóbica y desasosegante propia de otro tiempo. En muchos sentidos el film está fuera de lugar, como si se hubiera estrenado cuarenta años tarde. Los escenarios expresionistas, la amoralidad de los personajes y las actuaciones teatrales lo hicieron parecer pasado de moda a ojos de la crítica cuando se estrenó, y su bajo presupuesto tampoco le ayudó.

El legendario actor suizo Michel Simon (famoso por sus trabajos con Renoir y Vigo) sufría por aquel entonces una parálisis parcial después de haber utilizado maquillaje tóxico en su anterior película. Aceptó el papel porque necesitaba el dinero; aunque creía que una rareza de este calibre podía ser perjudicial para su carrera, supuso que nadie la vería fuera de Alemania. Desafortunadamente para él, fue un éxito a ambos lados del Atlántico (y en el cartel francés su nombre y su rostro figuran destacadamente). En el film debutó Karin Kernke como Irene, mientras que la sex-symbol Christiane Maybach encarnó a Stella/Lilly. Maybach sustituyó a la actriz Kai Fischer sólo un día antes de comenzar el rodaje cuando ésta se negó a aparecer ligera de ropa. Fischer demandó al productor Wolf Hartwig, quien sería condenado a pagarle 4.000 marcos.

Ideas tan extravagantes como cabezas vivientes aisladas del cuerpo o trasplantes de cabeza estaban no obstante basadas en hechos reales, a saber, los controvertidos experimentos de los científicos soviéticos Sergei Brukhonenko y Vladimir Demikhov en las décadas de 1930-1950. Los sujetos de prueba de estos compatriotas de Trivas fueron principalmente perros. Brukhonenko desarrolló el aparato llamado "Autojektor", un corazón-pulmón artificial que pudo dar soporte vital a la cabeza de un perro durante varias horas. Demikhov, un pionero en la técnica de los trasplantes, es notorio por su creación de un perro con dos cabezas.

El doctor Abel, famoso cirujano, ha desarrollado un suero que puede evitar la muerte de los tejidos. Abel necesita un trasplante de corazón y se pone en manos de sus colegas Burke y Brandt (alias Ood). Las cosas se complican y el doctor Burke quiere detener la intervención, pero el siniestro Ood lo asesina y procede a decapitar al doctor Abel, manteniendo con vida su cabeza gracias al suero. Ood está obsesionado con ayudar a Irene Sander, una joven enfermera lisiada a la que desea, y para ello planea realizar un trasplante de cabeza siguiendo los métodos del horrorizado Abel. Lilly, bailarina de strip-tease en el club Tam-Tam, es la elegida para convertirse en el nuevo cuerpo de Irene...

La hermana Irene, ayudante del doctor Ood (foto: Just Screenshots)

Ood a punto de entrar en el Tam-Tam (foto: Just Screenshots)

La sensual Stella (foto: Just Screenshots)

Lilly — nombre artístico de Stella — en su número "La Desnuda y Satanás" (foto: Just Screenshots)

Los doctores Burke y Brandt/Ood discuten con Abel la operación (foto: Just Screenshots)

Ood revela sus deseos a Irene (foto: Just Screenshots)

El doctor Abel despierta en una pesadilla (foto: Just Screenshots)

Ood tiende su trampa a Stella (foto: Just Screenshots)

Antes de la intervención (foto: Just Screenshots)

Irene va a descubrir su cuerpo (foto: Just Screenshots)

Trailer de la película (vídeo: YouTube)

Die Nackte und der Satan (1959) on IMDb


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lunes, 18 de abril de 2016

Cadáveres Atómicos

Esta radiación resucita a un muerto


Cadáveres Atómicos es otra de las rápidas y baratas producciones de serie B que Sam Katzman realizó para Clover Productions. Estrenada por Columbia Pictures en julio de 1955 acompañando en el cartel a Surgió del Fondo del Mar, fue dirigida por Edward L. Cahn a partir de un guión del prolífico Curt Siodmak. La historia relata cómo un gangster obliga a un antiguo científico nazi a crear zombies por medio de radiaciones, esperando cobrarse con ellos una sangrienta venganza. El reparto cuenta con Richard Denning, Angela Stevens, Lane Chandler, Charles Horvath, Michael Granger, Gregory Gaye (acreditado «Gay»), Pierre Watkin y Tristram Coffin. La banda sonora consiste en música del archivo del estudio, dirigida por Mischa Bakaleinikoff.

Póster de la película (foto: 3B Theater Poster Archive)

Película cursi según los conservadores ideales de la era Eisenhower, y completamente falta de pretensiones, Cadáveres Atómicos resulta sorprendentemente gráfica y escabrosa — además de muy entretenida. En una época de creciente preocupación por el efecto de la violencia en el cine y los cómics sobre las mentes juveniles, este film no escatimaba en escenas de gargantas aplastadas, espaldas rotas y otras brutales agresiones mostradas implícita o explícitamente. Fue también uno de los primeros en emplear pequeñas cargas explosivas para simular heridas de bala. Además de las truculencias, hay giros del guión que debieron de desconcertar a más de uno (como el asesinato y conversión en zombie de uno de los personajes principales). Abiertamente dirigida al público más joven, acierta de pleno: asustó a muchos en aquel momento y, gracias a los pases televisivos, a muchos más en años posteriores.

La película se filmó en los decorados del antiguo Rancho Columbia en Burbank (incluida la escena en la imaginaria Base de la Fuerza Aérea Monroe). Para mantener el presupuesto bajo, Cahn procuró rodar tan pocos planos como fuera posible, lo cual simplificó tanto la filmación como el montaje y benefició sensiblemente al ritmo. El director volvería sobre el tema de los zombies en Invasores Invisibles (1959); el concepto de cadáveres vueltos a la vida por una extraña radiación reaparecería en la muy influyente La Noche de los Muertos Vivientes (1968). Para los críticos, Cadáveres Atómicos es un genuino producto de su tiempo: vigoroso, eficaz y (escalofriantemente) divertido, si el espectador perdona sus anacronismos.

Un criminal es salvajemente asesinado por un individuo imponente al que no afectan las balas y que deja huellas dactilares luminosas. El policía científico Chet Walker descubre que las huellas son radiactivas — y que pertenecen a un hombre muerto. El cadáver andante ha sido creado por el doctor Wilhelm Steigg, un científico alemán que durante la guerra experimentó un método para reanimar a los muertos y controlar su comportamiento mediante órdenes orales; Steigg está ayudando a vengarse de los responsables de su condena al gangster Frank Buchanan, que ha vuelto en secreto a los Estados Unidos tras ser deportado a su Italia natal (donde conoció al doctor). Otro zombie atómico mata al fiscal del caso Buchanan, lo que lleva a Walker y al detective de homicidios Dave Harris a deducir que los asesinatos están relacionados con el gangster. Las autoridades advierten a los posibles objetivos, pero ¿llegarán a tiempo de detener a las criaturas con cerebros atómicos?

El criminal y su cómplice ex-nazi (foto: Space Monster)

En el laboratorio de Steigg dos cadáveres recientes con sus nuevos cerebros irradiados (foto: Space Monster)

El doctor Walker informa de su increíble hallazgo (foto: Space Monster)

Contadores Geiger para seguir el rastro (foto: Space Monster)

Las balas no pueden detener a las criaturas (foto: Space Monster)

Chet dirige la búsqueda desde un helicóptero (foto: Space Monster)

Buchanan ordena a sus esclavos zombies que ataquen a los soldados (foto: Space Monster)

Irónico final (foto: Space Monster)

Trailer de la película (vídeo: YouTube)

Creature with the atom brain. Cadáveres atómicos (1955) on IMDb


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lunes, 11 de abril de 2016

El Hombre que Podía Engañar a la Muerte

¿Quién quiere vivir para siempre?


Estrenada en 1959, El Hombre que Podía Engañar a la Muerte (o también El Hombre que Desafió la Muerte) es una película de horror y ciencia-ficción producida por Michael Carreras y Anthony Nelson-Keys para la británica Hammer Film Productions. Terence Fisher dirigió esta adaptación de Jimmy Sangster de la obra teatral The Man in Half Moon Street, escrita por Barré Lyndon en 1939 y la cual ya había sido llevada a la pantalla en 1945 con el título en español El Hombre que Quiso Ser Dios. La historia trata de un doctor en medicina que busca la eterna juventud mediante trasplantes periódicos de glándulas extirpadas a "donantes" involuntarios. Los principales intérpretes son Anton Diffring, Hazel Court, Christopher Lee y Arnold Marlé. Un joven Richard Rodney Bennett escribió la música de este relativamente desconocido film distribuido por Paramount.

Póster de la película (foto: Wrong Side of the Art!)

El Hombre que Podía Engañar a la Muerte se filmó íntegramente en los Estudios Bray, Berkshire, con un presupuesto de 84.000 libras (unos 234.000 dólares). El papel protagonista estaba reservado para la mayor estrella de la compañía, Peter Cushing, quien rompió su compromiso sólo unos días antes de comenzar el rodaje alegando una enfermedad (el estudio amenazó con llevarlo a los tribunales por ello). Su puesto lo ocupó Anton Diffring, un actor de carácter que venía de interpretar el personaje del barón Frankenstein — previamente encarnado por Cushing en otra producción de Hammer Films — en el episodio piloto de la frustrada serie de televisión Tales of Frankenstein; a veces su papel está algo sobreactuado. Junto al alemán Diffring intervienen dos iconos del estudio. La bella Hazel Court muestra brevemente los senos en la versión estrenada en Europa, no así en la británica ni en la norteamericana — escena de la que declararía sentirse orgullosa. Christopher Lee cumple perfectamente en un papel poco agradecido.

La obra de Lyndon recuerda al clásico El Retrato de Dorian Gray (este remake de la Hammer incluso tiene lugar en 1890, año en que se publicó el relato de Oscar Wilde). El film aporta algunos elementos de horror gótico típicos del estudio a una historia que delata su origen teatral por el exceso de diálogos y la falta de acción. La fotografía en colores chillones y suntuosa ambientación decimonónica son marcas de la casa. Desafortunadamente, ni la elegante y atmosférica dirección de Fisher ni las aportaciones a la trama de Sangster solucionan del todo los defectos del original. Un argumento similar se adaptaría con muy superior fuerza en el telefilm El Estrangulador de la Noche (1973), y el tema se ha reproducido en novelas como Los Asesinatos de Manhattan (2002) de Douglas Preston y Lincoln Child.

París, 1890. El médico y escultor aficionado Georges Bonnet tiene un secreto: bajo su juvenil apariencia hay un anciano de más de cien años — un milagro conseguido asesinando periódicamente a jóvenes saludables de quienes utiliza sus glándulas paratiroides como elixir para retrasar el envejecimiento. Cuando Bonnet necesita la vital operación recurre a su antiguo colega el profesor Ludwig Weiss, pero esta vez el casi nonagenario cirujano sufre un infarto. La vitalidad física oculta una creciente inestabilidad mental: Bonnet decide extorsionar al doctor Pierre Gerard amenazando la vida de Janine Dubois, una joven dama por la que ambos sienten un interés romántico.

Janine, musa... y amada de Georges Bonnet (foto: The Telltale Mind)

Malas noticias para el buen doctor (foto: The Telltale Mind)

Una situación violenta (foto: The Telltale Mind)

El profesor Weiss advierte a los investigadores (foto: The Telltale Mind)

Cada dosis de suero únicamente puede prolongar la juventud seis horas más (foto: The Telltale Mind)

Mademoiseille Margo Phillipe ha visto demasiado (foto: The Telltale Mind)

Janine hace un espantoso descubrimiento (foto: The Telltale Mind)

Los primeros síntomas de un final horripilante — es imperativo encontrar un donante (foto: The Telltale Mind)

Trailer de la película (vídeo: YouTube)

The Man Who Could Cheat Death (1959) on IMDb


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lunes, 4 de abril de 2016

Jûjin Yuki Otoko

Tabú


Conocida en Occidente por el título de la adaptación norteamericana de 1958 Half Human, la película japonesa 獣人雪男/Jūjin Yuki Otoko — literalmente "El Hombre Monstruo de las Nieves" — fue producida y estrenada por los Estudios Toho en 1955. Se trató del segundo film tokusatsu para el mítico equipo creador de Japón bajo el Terror del Monstruo (1954), consistente en el productor Tomoyuki Tanaka, el director Ishirō Honda, el guionista Takeo Murata (quien de nuevo se basó en una historia del escritor Shigeru Kayama) y el técnico de efectos especiales Eiji Tsuburaya. La trama gira alrededor de dos hombres-bestia de una remota zona montañosa, los primitivos lugareños que los adoran como dioses, y los forasteros que tratan de capturarlos — con consecuencias funestas. En la película intervienen Momoko Kōchi, Akira Takarada, Akemi Negishi, Sachio Sakai y Nobuo Nakamura.

Póster de la película (foto: Wrong Side of the Art!)

Si bien se cree que el film original llegó a exhibirse íntegro en algunos populosos barrios de emigrantes japoneses de la Costa Oeste, Distributors Corporation of America prefirió estrenar a nivel nacional una versión considerablemente editada (como era su práctica habitual con las películas niponas). DCA tomó las principales secuencias de Jūjin Yuki Otoko y añadió escenas filmadas por Kenneth G. Crane con actores locales como John Carradine y Morris Ankrum. La banda sonora de Masaru Satō fue completamente reemplazada por música de archivo, y una omnipresente narración de Carradine se superpuso a todos los diálogos en japonés. A pesar del nuevo metraje, la duración del film pasó de 94 minutos a 63.

Póster de la versión estadounidense — nótese que el productor se identifica como «Pomoyuki» Tanaka (foto: Wrong Side of the Art!)

Esta película es casi desconocida porque en su momento Toho la retiró de la circulación en un ejercicio de autocensura. Aunque no se hace tal referencia en el guión, algunos identificaron a los nativos del aislado pueblo en que tiene lugar la historia como pertenecientes al grupo étnico Ainu o a la casta Burakumin; su retrato como violentos salvajes endogámicos llevó a emisoras y compañías multimedia a rechazar su distribución, por lo que el estudio la sacó del mercado. El film, sin embargo, se proyecta ocasionalmente en festivales dedicados a la obra de Ishirō Honda.

El argumento de Murata tiene tanto que ver con elementos del folklore japonés como con el popular Yeti del Himalaya, además de estar evidentemente influido por el clásico King Kong (1933). De inicio el Hombre de las Nieves iba a ser un monstruo de tres metros de altura con rostro de demonio y afilados dientes. Honda pidió que se suavizara el diseño para darle un aspecto más amable. Los muy convincentes disfraces se hicieron con un compuesto químico llamado Toho Chikku cubierto con pelo de cabra: el de la criatura adulta pesaba unos treinta kilos. Toho enviaría a los Estados Unidos el disfraz del hijo para el rodaje de una nueva escena, la autopsia realizada por el ubicuo Morris Ankrum.

Un reportero interroga a unos estudiantes universitarios tras su regreso de un espeluznante viaje de vacaciones a los Alpes Japoneses. Cuentan cómo tres de ellos esperan en una posada mientras otros dos suben a una aislada cabaña para encontrarse con un amigo. Por la noche se desata una brutal tormenta y la joven lugareña Chika busca refugio en la posada (a pesar del desagrado que su pueblo siente por los extraños). Una confusa llamada telefónica procedente de la cabaña parece indicar que algo va muy mal; a la mañana siguiente, una partida de rescate encuentra muertos a dos de los visitantes, con heridas causadas por un ser con fuerza sobrehumana. El tercer estudiante, Kiyoshi, ha desaparecido y se descubren enormes huellas de pies descalzos que se pierden en la nieve... Seis meses después se emprende una búsqueda organizada con el antropólogo Shigeki Koizumi al mando. La novia de Kiyoshi, Machiko, y el hermano de ésta, Takashi, albergan pocas esperanzas pero quieren esclarecer lo ocurrido. El principal objetivo del profesor Koizumi es determinar si algún primate desconocido merodea por la zona, mientras la expedición es seguida subrepticiamente por el brutal traficante de animales Ōba. A medida que todos ellos se adentran en las montañas ojos salvajes les acechan...

Padre e hijo — imágenes procedentes de las lobby cards estadounidenses (foto: MovieStillsDB)

Chika encuentra a Takashi — «¡Ayuda!» (foto: MovieStillsDB)

Terror en la prefectura de Nagano (foto: MovieStillsDB)

La bella Chika, interpretada por Akemi Negishi (foto: MovieStillsDB)

Pendiente de un hilo (foto: MovieStillsDB)

El Hombre-Monstruo captura a Machiko (foto: MovieStillsDB)

Trailer de la versión estadounidense (vídeo: YouTube)

Jû jin yuki otoko (1955) on IMDb


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