Blog Ficticio: El Escorpión Negro

De las entrañas de la tierra

El film mexicano-estadounidense de 1957 El Escorpión Negro fue producido por Jack Dietz y Frank Melford para Amex Productions y distribuido en las salas por Warner Brothers. Robert Blees y David Duncan escribieron el guión, basado en una historia de Paul Yawitz, y Edward Ludwig lo dirigió. La música es obra de Paul Sawtell y (en la parte electrónica) Jack Cookerly. Con un elenco de nacionalidad mixta que incluye a Richard Denning, Mara Corday, Carlos Rivas, Mario Navarro, Carlos Múzquiz y Arturo Martínez, la película tiene efectos visuales supervisados por Willis O'Brien; el cartel anunciaba lo que esperaba a los espectadores con la frase «la dirección se reserva el derecho a encender las luces siempre que el público se ponga demasiado alterado».

Póster de la película (foto: Wrong Side of the Art!)

Willis O'Brien — creador de los recordados efectos del King Kong original — recurrió a las mismas técnicas en El Escorpión, aunque con un presupuesto mucho menor. Pete Peterson, que había colaborado con O'Brien en El Gran Gorila y volvería a hacerlo en El Monstruo Submarino, asumió gran parte del trabajo de animación. O'Brien tomó prestado mucho material de películas anteriores. Los modelos de la araña y el gusano gigante son los mismos que se usaron en la mítica "Secuencia Perdida del Pozo de la Araña" de King Kong, la cual fue considerada en 1933 demasiado perturbadora para mostrarla al público. El sonido emitido por los escorpiones es el de las hormigas en ¡Ellas!. Para los primeros planos se empleó una cabeza de escorpión gigante a escala "real" obra de Wah Chang, aunque sus rasgos humanoides perjudicaban su credibilidad. Hacia el final del metraje hay tres planos de efectos visuales incompletos: en el momento de montar estas escenas los productores se habían quedado sin fondos.

Un terremoto sacude México y provoca la aparición de un nuevo volcán. Para estudiar el fenómeno acuden los geólogos Hank Scott y Arturo Ramos, quienes por el camino dan con una casa y un coche de policía destrozados. Cerca encuentran al agente muerto y un niño demasiado pequeño para hablar, pero ni rastro de sus padres. En el pueblo de San Lorenzo les cuentan que, además de desapariciones de residentes y destrucción de casas, ha habido matanzas de ganado en masa e inexplicables ruidos nocturnos. Los lugareños creen que el culpable es un demonio con forma de toro e imploran ayuda divina. Impertérritos, Hank y Arturo comienzan su investigación al tiempo que tropas mexicanas, dirigidas por el comandante Cosio, llegan a la zona para auxiliar a los damnificados por el seísmo. Hank conoce a la ranchera local Teresa Álvarez y se enamora. Entonces una nueva erupción revela los responsables de los extraños sucesos: una horda de escorpiones prehistóricos monstruosos sacados de su guarida subterránea (hogar también de gusanos y arañas gigantes) por los temblores. Las autoridades apelan al renombrado entomólogo doctor Velasco para destruir a los escorpiones o sellar la entrada de su caverna antes de que se pierdan más vidas inocentes.