lunes, 27 de julio de 2015

Rodan: los Hijos del Volcán

Atronando desde cielos desconocidos


La primera película japonesa "de monstruos gigantes" filmada en color fue Rodan: los Hijos del Volcán — o simplemente Rodan — y en ella repitieron presencia tres de los fundadores del género kaijū: el productor Tomoyuki Tanaka, el director Ishirō Honda y el creador de efectos especiales Eiji Tsuburaya. Los Estudios Toho la estrenaron en Japón a finales de 1956. La historia original del veterano escritor Ken Kuronuma se inspiraba en el celebérrimo incidente con un OVNI del capitán Thomas F. Mantell, y fue desarrollada en el guión de Takeshi Kimura y Takeo Murata. En él se cuenta como un reptil volador prehistórico descubierto en el fondo de una mina siembra el caos en tierras niponas. Los principales intérpretes son Kenji Sahara y Yumi Shirakawa, mientras que Akira Ifukube compuso la banda sonora. El monstruo Rodan tuvo gran éxito fuera de Japón, especialmente en los Estados Unidos, convirtiéndose en una de las criaturas más populares del género junto a Mothra, King Ghidorah y el mítico Godzilla.

Póster de la película (foto: Wikipedia)

Los empresarios Alexander Beck y Eddie Goldman adquirieron los derechos de Rodan para el mercado estadounidense y a su vez los vendieron a Distributors Corporation of America. DCA tradujo el título original 空の大怪獣 ラドン/Sora no Daikaijū Radon — literalmente "Monstruo Gigante del Cielo Radon" como ¡Rodan! ¡El Monstruo Volador!; el apelativo de "Radon" procedía de la palabra japonesa Puteranodon (un género de pterosaurio del Período Cretácico) y el cambio fue debido a que en los Estados Unidos se comercializaba un jabón con ese mismo nombre. Ésta fue sólo la primera de muchas diferencias entre ambas versiones. En 1958 Rodan disfrutó de la mayor campaña publicitaria vista en televisión hasta ese momento en la NBC de Nueva York, con una serie de anuncios emitidos desde una semana antes del estreno que incluían un concurso para calcar la silueta del personaje directamente de la pantalla.

Póster de la versión estadounidense (foto: Wikipedia)

Numerosas imágenes promocionales muestran a un Rodan radicalmente diferente al de la película, más parecido a la familia de los Azhdarchidae que a un Pteranodon. En este film el monstruo volador exhala una extraña nube de gas para atacar a sus enemigos, habilidad que nunca más volvería a lucir. Bajo el disfraz estaba Haruo Nakajima — quien había encarnado a Godzilla dos años antes. Suspendido del techo del estudio mediante cables, el especialista tuvo que soportar varias caídas. En el rodaje de la escena en la que Rodan sobrevuela el Puente Saikai, el cable se rompió y Nakajima cayó desde una altura de siete metros y medio (las alas y el agua, que tenía medio metro de profundidad, absorbieron la mayor parte del impacto). Las imágenes se aprovecharon para mostrar al monstruo zambulléndose en el río; cuando se filmó el momento en el que Rodan emergía del agua, el peso del disfraz empapado estuvo a punto de romper el cable de nuevo.

Si bien no alcanza la misma categoría, Rodan evoca el tono sombrío de Japón bajo el Terror del Monstruo, incluyendo cierta dosis de compasión por la destructiva criatura. La secuencia inicial, aunque no muy verosímil, es tensa y emocionante, y el clímax final está lleno de acción y drama. Otras escenas "de relleno" son peores, pero los aficionados al género siguen considerando que el film merece la pena. Quizás como prueba de esto, Rodan ingresó entre 450.000 y 500.000 dólares en los 79 cines del área metropolitana de Nueva York durante su primer fin de semana y varios distribuidores anunciaron que había batido todas las marcas para una película de ciencia-ficción. Toho jugó con la idea de hacer una especie de secuela con insectos gigantes (los Meganula); sin embargo, el proyecto fue abandonado debido a que el público americano ya estaba inmerso en una oleada de películas análogas.

En el pueblo minero de Kitamatsu empiezan a desaparecer trabajadores en lo más profundo del Pozo Número 8. Casi todos los hombres enviados a investigar mueren, pero uno se las arregla para escapar y regresa con una historia sobre larvas monstruosas. Pronto los insectos atacan el pueblo, y no mucho después algo que se mueve más rápido que el sonido aparece volando en los cielos. Se trata de Rodan, un reptil prehistórico gigantesco que ha vuelto a la vida. Extiende el terror por todo Japón y aparentemente es invulnerable a cualquier arma que se le pueda oponer...

Un Meganulon sorprende a Shigeru y Kiyo en el fondo de la mina (foto: 3B Theater Poster Archive)

Después de doscientos millones de años, el monstruo rompe el cascarón (foto: 3B Theater Poster Archive)

El armamento convencional es inútil (foto: 3B Theater Poster Archive)

La onda de choque supersónica tiene efectos devastadores sobre la ciudad de Fukuoka (foto: 3B Theater Poster Archive)

Un escuadrón de cazas fuerza a Rodan a sumergirse en el río (foto: 3B Theater Poster Archive)

La ciudad reducida a escombros (foto: 3B Theater Poster Archive)

Las Fuerzas de Autodefensa japonesas estrechan el cerco (foto: 3B Theater Poster Archive)

Una violenta erupción volcánica sacude el Monte Aso (foto: 3B Theater Poster Archive)

Trailer de la película (vídeo: YouTube)

Rodan. Los hijos del volcán (1956) on IMDb


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