lunes, 29 de junio de 2015

El Monstruo de Piedras Blancas

Monstruoso sin atenuantes


La película de terror/ciencia-ficción de bajo presupuesto El Monstruo de Piedras Blancas fue el primer proyecto de la compañía independiente Vanwick Productions, constituida por los veteranos — y poco conocidos — Jack Kevan y Irvin Berwick. Aunque la mayoría de las fuentes afirman que se rodó en 1957, no llegó a las pantallas hasta 1959, a través de Filmservice Distributors Corporation. Jack Kevan, productor del film, había supervisado la fabricación del disfraz del Gill-Man en La Mujer y el Monstruo (1954) cuando trabajaba en Universal-International y fue el creador del monstruo de Piedras Blancas, por lo que no es de extrañar que exista algo más que un parecido entre ambos. H. Haile Chace escribió el guión y Irvin Berwick dirigió esta película famosa por sus escenas gore sin precedentes y cierta explotación erótica de la protagonista, Jeanne Carmen, elementos que presagiaban la irrupción del subgénero slasher. Completan el reparto Les Tremayne, John Harmon, Don Sullivan, Forrest Lewis y Pete Dunn. Existen discrepancias acerca de si la criatura fue interpretada por el propio Kevan o bien por el actor y especialista Dunn.

Póster de la película (foto: AllMovie)

Jack Kevan redujo el coste y el tiempo de producción del nuevo monstruo utilizando moldes ya existentes para sus pies (procedentes del mutante de Metaluna en Regreso a la Tierra) y manos (de la raza subterránea en Bajo el Signo de Ishtar). Universal prestó un considerable apoyo extraoficial a la producción, cediendo vehículos y equipo en condiciones muy ventajosas — un sistema para echar una mano a sus muchos empleados que buscaban trabajo en películas independientes. A pesar de que El Monstruo... se filmó enteramente en escenarios reales de la costa californiana, no fue en la verdadera Punta Piedras Blancas; algunas escenas tienen lugar en el faro de Punta Concepción, y otras en la cercana ciudad de Cayucos (localizaciones que gustaron más a los productores).

La voluptuosa pin-up girl Jeanne Carmen cumple en el único papel protagonista de su carrera. El resto de intérpretes, actores de la serie B con muchos años de experiencia, resultan convincentes y creíbles, soportando el peso dramático cuando el personaje del título no está en pantalla. Típica película de autocines y salas de pueblo, El Monstruo... es una "reinterpretación" sangrienta de la popular Criatura de la Laguna Negra que abrió nuevos caminos al gore. Se la suele criticar por su argumento poco original y la torpe realización, pero al mismo tiempo posee un tono sombrío, evocador y melancólico, junto con una cruda verosimilitud. El film recibió — supuestamente — el Primer Premio de la revista Famous Monsters of Filmland y presenta a uno de los monstruos más desagradables de los años 1950.

Sturges, el solitario y supersticioso torrero de Piedras Blancas, conmina a la gente a alejarse de las playas y cavernas próximas al faro. Preocupado especialmente por la seguridad de Lucille, su hija adolescente, deja comida en una cueva para el «monstruo marino» de la leyenda local. Al principio los lugareños se muestran indiferentes, pero cuando dos pescadores aparecen decapitados y sin una gota de sangre en sus cuerpos el agente de policía George Matson y el doctor Sam Jorgenson comienzan a investigar. Jorgenson identifica una escama hallada en las cercanías como perteneciente a un diplovertebron, un reptil anfibio que se creía extinto hacía mucho. Pronto la ciudad sufre el asedio de una criatura monstruosa, capaz de matar a cualquiera que se cruce en su camino. Sturges revela lo que sabe, pero puede que sea demasiado tarde para salvar a su no tan inocente Lucy o a sí mismo...

Lucy no tiene traje de baño, pero quiere nadar — ignorante de que algo la acecha (foto: 3B Theater Poster Archive)

Fred y Lucy se relajan en la siniestra playa de Piedras Blancas (foto: 3B Theater Poster Archive)

Jorgenson y Matson están perplejos ante las características de los ataques (foto: 3B Theater Poster Archive)

Sturges advierte a su hija de los peligros que le esperan (foto: 3B Theater Poster Archive)

La tentación es demasiado fuerte (foto: 3B Theater Poster Archive)

La lista de víctimas parece no tener fin (foto: 3B Theater Poster Archive)

«¿Qué es eso... allá sobre el faro?» (foto: 3B Theater Poster Archive)

El monstruo de Piedras Blancas (foto: 3B Theater Poster Archive)

Trailer de la película (vídeo: YouTube)

The Monster of Piedras Blancas (1959) on IMDb


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lunes, 22 de junio de 2015

Conquistaron el Mundo

El hongo que vino de Venus


Conquistaron el Mundo (1956) es otra típica película de ciencia-ficción "rápida y barata" con producción y dirección de Roger Corman. El guión de Lou Rusoff fue revisado en el último minuto por Charles B. Griffith, fiel colaborador del director, cuando Rusoff tuvo que ausentarse para asistir al funeral de su hermano; Griffith, sin embargo, no quiso que su nombre figurara en los créditos — posteriormente se sorprendería por la buena recepción del film. La historia trata sobre una criatura del planeta Venus que establece contacto por radio con un desilusionado astrónomo terrícola; en secreto, el alienígena pretende apoderarse de la Tierra con la ayuda de aquél. Los actores principales son Peter Graves, Lee Van Cleef, Beverly Garland y Sally Fraser. En el momento de su estreno American International Pictures la distribuyó en un programa doble con La Criatura. Un habitual del estudio, Ronald Stein, compuso la banda sonora.

Póster de la película (foto: 3B Theater Poster Archive)

El diseño del venusiano fue idea de Roger Corman, quien pensó que al proceder de un planeta relativamente grande tendría una forma rechoncha para soportar mejor su gravedad (en realidad, ésta es menor en la superficie de Venus que en la de la Tierra). Corman admitiría después que ello fue un error, pues la criatura habría parecido más amenazadora de haber sido más grande. Representó el primer monstruo creado (e interpretado) por Paul Blaisdell, aunque éste no aparece acreditado. A menudo puesto en ridículo tanto por su pobre acabado como por su aspecto de pepino malhumorado, hoy está considerado "de culto". Antes de su estreno en Gran Bretaña, el Consejo Británico de Censores de Películas expresó su preocupación acerca de la escena en que el ser es atacado con un soplete, acusándola de mostrar «crueldad con los animales»; AIP alegó, con éxito, que un extraterrestre hostil no era un animal.

Corman rodó el film para Sunset Productions en cinco días. Sus actores fetiche Beverly Garland, Dick Miller y Jonathan Haze hacen breves pero significativas apariciones, y en general todas las interpretaciones están por encima de la media. Los comentarios más negativos se dirigen a los defectuosos efectos especiales y el torpe guión, con un pomposo monólogo final.

El fondo de esta tonta pero encantadora película es un velado ataque a toda forma de totalitarismo, sea de derechas o de izquierdas. El científico bienintencionado cree que la intervención venusiana traerá la paz y salvará de sí misma a una humanidad condenada, pero esto se hará a costa del libre albedrío y eliminando materialmente a cualquier disidente.

El doctor Paul Nelson sospecha que su viejo amigo, el excéntrico y genial doctor Tom Anderson, no trama nada bueno. Está en lo cierto: Tom ha establecido comunicación con Zontar, un alienígena del planeta Venus que espera aprovechar su carácter débil para conquistar la Tierra. En primer lugar desactiva todas las instalaciones eléctricas terrestres, provocando el caos. El amargado científico identifica los humanos a los que Zontar debe implantar dispositivos de control mental y pronto el venusiano controla las mentes de virtualmente todos los seres queridos de Tom. Parar la invasión alienígena depende de Paul y el puñado de terrícolas a quienes aún no han lavado el cerebro.

El doctor Nelson llega a la aterrorizada comunidad de Beachwood (foto: 3B Theater Poster Archive)

Claire Anderson apela por última vez a los sentimientos de su esposo Tom (foto: 3B Theater Poster Archive)

Claire atacada por el "murciélago" que porta el dispositivo radiológico del venusiano (foto: 3B Theater Poster Archive)

Los humanos esclavizados por el alienígena no toleran a los diferentes (foto: 3B Theater Poster Archive)

Claire busca a Zontar en su escondrijo subterráneo (foto: 3B Theater Poster Archive)

La pequeña unidad militar libre del control mental ataca la cueva del alienígena (foto: 3B Theater Poster Archive)

Trailer de la película (vídeo: YouTube)

Conquistaron el mundo (1956) on IMDb


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lunes, 15 de junio de 2015

El Niño Invisible

El regreso de Robby


El Niño Invisible, también conocida como El Chico Invisible o S.O.S. Spaceship, es una película estadounidense de ciencia-ficción de 1957, producida por Nicholas Nayfack para Metro-Goldwyn-Mayer y dirigida por Herman Hoffman. Se trata de la segunda aparición cinematográfica de Robby el Robot, el personaje que atraía todas las miradas en Planeta Prohibido (estrenada el año anterior). El argumento insinúa que este robot es el mismo que fabricó Morbius en el siglo XXIII; de algún modo Robby viaja hacia atrás en el tiempo hasta los años 1950, lo que convierte a la película en una secuela muy peculiar de Planeta Prohibido. Completan el elenco el niño Richard Eyer, Philip Abbott, Diane Brewster, Harold J. Stone y Robert H. Harris. El guión de Cyril Hume se basa en un relato de Edmund Cooper publicado en el Saturday Evening Post, el cual combina con inconfundible espíritu naïf una inteligencia artificial hostil, el control mental, una invasión desde el espacio y la invisibilidad.

Póster de la película (foto: Wikipedia)

Del clásico Planeta Prohibido repiten el guionista Hume y el productor Nayfack, quien deseaba aprovechar la gran popularidad de Robby — así como amortizar el astronómico coste de la creación de Robert Kinoshita. Desde el punto de vista económico no le fue mal: según M-G-M, el film costó 384.000 dólares y recaudó 840.000 en todo el mundo. Para los críticos, sin embargo, es difícil decir si El Niño Invisible es una película buena o mala. Extrañamente cursi, a veces de manera intencionada, con numerosas incoherencias, dirigida sin la menor inspiración, y aun así asombrosamente sagaz, sofisticada y hasta irresistible en algunos de sus conceptos. Es al mismo tiempo un cuento sobre las aventuras de un niño travieso y una reflexión acerca de los peligros de la ciencia cuando ésta escapa al control del hombre. En particular, la noción de una supercomputadora que trata de apoderarse del mundo se anticipa en muchos años a títulos como Colossus: el Proyecto Prohibido (1970) o Terminator (1984). Como todo buen cuento infantil, esta inocente historia para toda la familia esconde un reverso muy tenebroso, que sitúa al pequeño Timmie al borde de un final horripilante.

Richard Eyer interpreta su papel con gran naturalidad, evitando resultar empalagoso incluso donde el guión se lo pone más fácil. El resto del reparto es más bien inexpresivo, sin mirar dos veces al robot del siglo XXIII que se pasea por laboratorios, oficinas o la misma casa de Timmie — un robot montado por un crío de diez años. Este inefable surrealismo recuerda a películas como Invasores de Marte y atrapa a los espectadores más jóvenes con especial eficacia. En su propio estilo modesto, El Niño Invisible es sin duda una fascinante muestra de la cultura pop de su tiempo.

El severo doctor Tom Merrinoe dirige el Instituto de Matemáticas Stoneman, un centro de investigación del más alto nivel cuyos recursos incluyen a la gigantesca Súper-Computadora. Actualmente colabora con los militares para poner en órbita una estación espacial vital para la seguridad de la nación. Pero en su hogar la vida es menos satisfactoria. Su hijo de diez años Timmie está más interesado en hacer diabluras que en estudiar, y ni él ni su amante esposa Mary pueden motivarlo para que aprenda las matemáticas más básicas. Exasperado, el padre lleva a Timmie al Instituto para mostrarle la importancia de su trabajo. Cuando el niño se queda a solas en el laboratorio, el cerebro electrónico implanta una sugestión posthipnótica en su mente. De repente Timmie adquiere asombrosas habilidades para el ajedrez, las matemáticas y la electrónica. Su primera tarea consiste en ensamblar las piezas de un robot que el doctor Merrinoe y sus colegas han arrinconado como un montón de chatarra; según el difunto predecesor de Merrinoe, la máquina — llamada Robby — y sus planos proceden del siglo XXIII, algo puesto en duda por los científicos. Pronto Robby es el mejor compinche del niño en sus bromas y aventuras, proporcionándole incluso un medio para hacerse invisible y así evitar los castigos. Pero tras el inocente entusiasmo con que ayuda al niño, el hombre mecánico parece estar obedeciendo dos tipos de órdenes: unas de Timmie, y otras, mucho más insidiosas, de la Súper-Computadora...

Timmie devuelve la "vida" a Robby (foto: TCM)

Robby atraviesa una lluvia de balas, granadas de bazooka y fuego de lanzallamas (foto: TCM)

A punto de hacer invisible al muchacho (foto: TCM)

Se desvelan los planes de la Súper-Computadora (foto: TCM)

El general Swayne presiona al doctor Merrinoe (foto: TCM)

Los Merrinoe, indefensos ante el enloquecido cerebro electrónico y su esbirro mecánico (foto: TCM)

Trailer de la película (vídeo: YouTube)

The Invisible Boy (1957) on IMDb


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lunes, 8 de junio de 2015

El Monstruo Submarino

El dinosaurio todavía estaba allí


El Monstruo Submarino es una coproducción angloamericana de 1959 dirigida por Eugène Lourié y Douglas Hickox. Como era típico en estos casos, la película se estrenó con dos títulos diferentes: The Giant Behemoth en los Estados Unidos y Behemoth, the Sea Monster al otro lado del Atlántico. La novedosa historia original acerca de una masa informe de radiación se transformó en una especie de copia de La Bestia de Tiempos Remotos (del mismo director) a instancias de la distribuidora Allied Artists. Robert Abel y Alan J. Adler escribieron el borrador desarrollado en el guión de Lourié y Daniel James — quien trabajó con el pseudónimo de Daniel Hyatt por estar incluido en la Lista Negra de Hollywood y no vería acreditada su participación hasta 1998. El film fue producido por Ted Lloyd y David Diamond para Artistes Alliance y Diamond Pictures, respectivamente. Está protagonizado por Gene Evans y André Morell, junto a John Turner y Leigh Madison. Edwin Astley compuso la banda sonora.

Póster de la versión estadounidense (foto: Wrong Side of the Art!)

Sabedor de la disponibilidad del genio de los efectos especiales Willis O'Brien, Lourié sugirió a los productores que lo incorporasen al equipo. En su lugar, el trabajo se asignó a Jack Rabin, quien eventualmente subcontrataría a O'Brien por unos paupérrimos 5.000 dólares (la misma cantidad con la que éste había rodado su primer corto en 1915). Su ayudante Pete Peterson realizó la mayor parte del trabajo práctico, un logro notable habida cuenta que padecía esclerosis múltiple. Excepto por una breve secuencia de El Mundo Está Loco, Loco, Loco, ésta sería la última aparición en pantalla de los diseños de Willis O'Brien.

Póster de la película (foto: FilmAffinity)

El éxito de La Bestia de Tiempos Remotos inspiró una generación de personajes igualmente destructivos e hizo que a Lourié le fueran ofrecidos cierto número de guiones de Sci-Fi, «todos ellos increíblemente malos». Finalmente aceptó el proyecto de Behemoth (nombre de un monstruo bíblico), pero los productores insistieron en que la amenaza fuese una criatura física y no una enorme masa radiactiva invisible — en un momento en que el género de los monstruos gigantes parecía ya algo pasado de moda. Aunque esperaba reescribir el guión durante el rodaje en Inglaterra, la versión final es un pastiche de La Bestia... y Japón bajo el Terror del Monstruo. Como dijo el director «básicamente La Bestia y Behemoth eran dos películas baratas [...] con la diferencia de que una era barata en dólares y la otra en libras esterlinas». Los efectos especiales con modelos y animación mediante la técnica de stop-motion se realizaron en Los Ángeles, donde serían integrados con las escenas con acción real filmadas en Gran Bretaña; debido a las limitaciones del presupuesto, el mismo plano de un automóvil aplastado por el monstruo se muestra tres veces, al tiempo que se reutilizan efectos de sonido procedentes de la obra maestra de O'Brien, King Kong.

Lourié se sintió decepcionado con el resultado y particularmente con el hecho de que a O'Brien no le permitieran supervisar todo el trabajo de efectos visuales. Hoy en día muchos críticos admiran lo conseguido por los técnicos con tan poco dinero, añadiendo que la dirección y las interpretaciones de Evans y Morell son de primera clase para un film de este tipo. Más aun, contiene elementos muy escabrosos para 1959 — las víctimas siendo carbonizadas allí donde están, o vagando por las calles con la piel abrasada por las letales dosis de radiación; la censura británica obligaría a eliminar la escena del ataque al transbordador y daría a la película el certificado 'X'. No obstante, hay consenso en que lo que empezó como una historia de ciencia-ficción bastante original acabó siendo algo que sus creadores nunca habían pretendido.

En Cornualles aparece un pescador cubierto con lo que parecen quemaduras por radiación. En su agonía murmura "Behemoth". Pronto una monstruosa criatura similar a un dinosaurio, provocada por el vertido de residuos nucleares al océano, aterroriza la costa de Inglaterra con su aliento radiactivo. El biólogo norteamericano Steve Karnes y su colega inglés James Bickford descubren que destruir al monstruo con armamento convencional dispersaría una mortal contaminación radiactiva por todo el país, lo cual impide que los militares ataquen al Behemoth a medida que se acerca a Londres.

Jean Treventhan encuentra a su padre Tom con graves quemaduras (foto: Cool Ass Cinema)

Bickford y Karnes (foto: Cool Ass Cinema)

Esta fotografía empieza a desvelar a qué peligro se enfrentan los ingleses (foto: Cool Ass Cinema)

El monstruo llega a los suburbios de la capital británica (foto: Cool Ass Cinema)

Behemoth arrasa conocidos ejemplos de la arquitectura londinense (foto: Cool Ass Cinema)

Primer plano del paleosaurio agigantado por la radiación (foto: Cool Ass Cinema)

Trailer de la película (vídeo: YouTube)

El monstruo submarino (1959) on IMDb


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lunes, 1 de junio de 2015

Cerebro Atómico

Videncia radiactiva


El poco conocido thriller de ciencia-ficción Cerebro Atómico fue dirigido por Ken Hughes, siendo estrenado en Gran Bretaña con el título de Timeslip en 1955 y en los Estados Unidos como The Atomic Man al año siguiente. El prolífico especialista en el género Charles Eric Maine (seudónimo de David McIlwain) escribió el guión; Maine lo convertiría posteriormente en la novela The Isotope Man. Como otros films británicos de la época, contaba con la presencia de una estrella norteamericana, a saber, Faith Domergue, para facilitar el acceso a las carteleras estadounidenses. Otros miembros del reparto son Gene Nelson, Peter Arne, Joseph Tomelty y Vic Perry. La película fue producida por Alec C. Snowden para la pequeña Merton Park Studios. Anglo-Amalgamated la distribuyó en su país natal y Allied Artists en los Estados Unidos. La historia relata cómo un intrépido reportero y su novia investigan el misterio que rodea a un científico atómico al cual sus experimentos han "adelantado" unos pocos segundos en el futuro.

Póster de la versión estadounidense (foto: AllMovie)

La pintoresca base científica de Timeslip — para empezar, la idea de que una persona pueda sobrevivir tras exponerse regularmente a grandes niveles de radiación — es una característica distintiva de las ingenuas películas de los años 1950, algo heredado de las revistas pulp de la primera mitad del siglo XX y que transmitiría a los comics de superhéroes de la célebre Edad de Plata. Con todo, los críticos no culpan a esta película por desafiar la lógica, sino por desaprovechar un punto de partida fascinante: el de un hombre que vive siete segundos y medio en el futuro. Esto abre un amplio surtido de posibilidades, pocas de las cuales se utilizan con imaginación en el film. En su lugar, la película deviene una clásica historia de espías — incluyendo tópicos tales como personajes que se hacen la cirugía plástica para suplantar a otros. La premisa inicial sirve, fundamentalmente, para elevar el suspense, desconcertando a los protagonistas e impidiéndoles descubrir la conspiración hasta que es casi demasiado tarde. No obstante, el director Ken Hughes mantiene alto el ritmo y las interpretaciones son razonablemente buenas. El personaje algo anacrónico de Gene Nelson, un sagaz y marrullero periodista que parece sacado de las películas de los años 1930, aporta una bienvenida dosis de energía. El film se puede ver gratuitamente en The Internet Archive.

La policía saca del Támesis a un hombre sin identidad con una bala en la espalda. Un fotógrafo de la revista View toma una instantánea antes de que trasladen al herido; cuando el periodista Mike Delaney contempla la fotografía, se asombra al ver un extraño halo que envuelve el cuerpo. Delaney está seguro de que el desconocido es el doctor Stephen Rayner, un científico americano desaparecido, y junto a su indulgente novia Jill Rabowski (también reportera gráfica) corre al hospital. Allí el supuesto doctor Rayner llega a estar clínicamente muerto durante unos segundos, pero se recobra milagrosamente. Delaney cuenta su teoría al inspector Cleary, a cargo del caso, pero éste es escéptico y poco después le confirma que acaba de hablar por teléfono con el científico. Al día siguiente Mike y Jill visitan el Instituto de Investigación Nuclear Brant, donde ven al doctor Rayner con diversos vendajes en el rostro a resultas de un accidente de automóvil. Entretanto, en el hospital, el herido recupera la consciencia, pero parece confuso y responde a las preguntas de un modo muy peculiar — antes de que sean formuladas. Al intentar examinarlo con rayos X, se descubre que su cuerpo es altamente radiactivo...

Un halo luminoso vela las fotografías del "hombre sin nombre" (foto: The Dwrayger Dungeon)

Rayner no siente interés por la historia del desconocido (foto: The Dwrayger Dungeon)

¿Quién es el misterioso señor Vasquo? (foto: The Dwrayger Dungeon)

El hombre radiactivo entrega gradualmente sus secretos (foto: The Dwrayger Dungeon)

Jill encuentra pruebas de que hay un macabro plan en marcha... (foto: The Dwrayger Dungeon)

... Pero paga un alto precio (foto: The Dwrayger Dungeon)

Trailer de la película (vídeo: YouTube)

Timeslip (1955) on IMDb


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