lunes, 30 de noviembre de 2015

La Bestia de la Cueva Maldita

Horror en la nieve


La Bestia de la Cueva Maldita es una económica — por no decir algo peor — y poco conocida película de terror/ciencia-ficción que produjo en 1959 Gene Corman para Northern Pictures. Fue dirigida por Monte Hellman y está protagonizada por Michael Forest, Frank Wolff, Sheila Noonan (como «Sheila Carol»), Richard Sinatra (sobrino de Frank) y Wally Campo. Filmada en hermosos escenarios naturales de Dakota del Sur, relata la llegada de una banda de atracadores a una aislada estación de esquí, donde los persigue una gigantesca criatura con aspecto de araña — para comérselos. Allied Artists distribuyó este film en programa doble con La Mujer Avispa. El guionista Charles B. Griffith reescribió su propio trabajo para Naked Paradise (1957), convirtiéndolo en una película de monstruos; una tercera versión de esta línea argumental aparecería en la comedia de 1961 El Monstruo del Mar Encantado. Alexander Laszlo y Fred Katz, este último sin acreditar, compusieron la música.

Póster de la película (foto: Wrong Side of the Art!)

Monte Hellman y Roger Corman, dueño de la compañía productora, cerraron el acuerdo para dirigir este film con un simple apretón de manos. Corman pagó 1.000 dólares al novato realizador. De manera inusual para una película de bajo presupuesto, el rodaje se llevó a cabo en localizaciones de las Colinas Negras, incluyendo las escenas de la caverna (las cuales se filmaron en una mina abandonada cerca de Deadwood). El uso de armas de fuego dentro de la mina provocó desprendimientos, lo que puso nerviosos a algunos actores y técnicos. Hubo asimismo dificultades con la atmósfera enrarecida en el interior de las galerías, hasta el punto de que fue necesario bombear aire fresco desde el exterior; el problema nunca se solucionó del todo. Corman rentabilizaría el viaje rodando a continuación Ski Troop Attack en los mismos escenarios con varios miembros del equipo y el reparto de La Bestia...

La espeluznante criatura del título fue diseñada por el actor Chris Robinson, quien también la "interpretó". Uno de los aciertos del film es no mostrarla abiertamente pese a resultar bastante convincente. Los personajes son interesantes (mérito de Griffith), aunque la dirección de Hellman resulta torpe. El abrupto final, que deja en el aire el destino de los supervivientes, tiene otra explicación: se había planeado una secuela que no se llegó a rodar. Esta extraña fusión de thriller criminal con rehenes y película de monstruos — subgénero cuyo paradigma sería Abierto hasta el Amanecer (1996) — recibiría en general malas críticas. Se puede ver gratuitamente en The Internet Archive.

El gangster Alex Ward, su novia Gypsy Boulet y sus secuaces Marty y Byron llegan a Deadwood, Dakota del Sur, con la idea de robar lingotes de oro. Reclutan a un instructor de esquí local, Gil Jackson, y planean servirse de él como guía para salir del territorio tras el atraco. La banda provoca una explosión en una cueva cercana como distracción durante el robo y se hace con el botín. Sin embargo, una ventisca los obliga a refugiarse en la cabaña de Jackson, donde Gypsy enfría los ánimos de Ward con su obvio interés en Gil; al hampón no le importa, ya que tiene intención de matar a su guía en cuanto no le sea útil. Pero la explosión ha irritado a una monstruosa criatura que vive en las profundidades de la gruta, para desgracia de cualquiera que se aventure cerca de su guarida...

El baile de Gypsy con Gil pone celoso a Alex (foto: The Dwrayger Dungeon)

El atraco (foto: The Dwrayger Dungeon)

Huida a las montañas (foto: The Dwrayger Dungeon)

Tensa espera en la cabaña aislada por la ventisca (foto: The Dwrayger Dungeon)

Se descubre otra entrada a la cueva (foto: The Dwrayger Dungeon)

Una víctima en la "despensa" de La Bestia (foto: The Dwrayger Dungeon)

Otro infortunada presa ya digerida (foto: The Dwrayger Dungeon)

Defensa desesperada (foto: The Dwrayger Dungeon)


Película completa (vídeo: The Internet Archive)

La bestia de la cueva maldita (1959) on IMDb


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lunes, 23 de noviembre de 2015

El Hombre H

"H" de horripilante


El Hombre H es una película japonesa de ciencia-ficción en color y Tohoscope dirigida en 1958 por el prolífico Ishirō Honda. Esta producción de Tomoyuki Tanaka para los Estudios Toho reúne a otras leyendas del género, a saber, Eiji Tsburaya en los efectos especiales y Takeshi Kimura en el guión (basado en una historia de Hideo Unagami). Con el recurrente trasfondo de la Era Atómica, cuenta cómo la investigación policial sobre una serie de misteriosas desapariciones en Tokio lleva a descubrir una espeluznante amenaza mutante oculta en las cloacas de la ciudad. Los principales actores son Yumi Shirakawa, Kenji Sahara, Akihiko Hirata, Koreya Senda, Makoto Satō y Yoshifumi Tajima. La atractiva banda sonora, con toques de jazz, es obra de Masaru Satō e incluye dos números musicales interpretados por la protagonista.

Póster de la película (foto: Wikipedia)

Esta película — cuyo título original 美女と液体人間/Bijo to Ekitai Ningen tiene la poética traducción de "La Bella y los Hombres Líquidos" — fue la primera del subgénero de "mutantes" para Toho y se mantiene como una de las más inusuales en la filmografía de Honda. Como muchas de las exportaciones más populares del estudio en los años 1950 y 1960, empezando por Japón bajo el Terror del Monstruo (1954), se basa en los devastadores efectos secundarios de las armas atómicas. La "H" del título alude, por supuesto, al hidrógeno, ya que el "monstruo" es consecuencia del ensayo de una bomba termonuclear; más que ningún otro, el film evoca el notorio incidente del arrastrero Daigo Fukuryū Maru, contaminado por la lluvia radiactiva procedente del dispositivo Castle Bravo detonado en el atolón Bikini.

Póster de la versión estadounidense (foto: TCM)

Si bien la película es parca en su explotación de las rezumantes criaturas, los efectos especiales son impresionantes y más que aterradores para la época, sobre todo los que muestran a las víctimas siendo rápidamente disueltas y consumidas. Supuestamente, Columbia Pictures (distribuidora del film en los Estados Unidos) editó algunas de estas secuencias debido a su naturaleza escabrosa. Las alucinantes imágenes de cuerpos licuándose se consiguieron mediante modelos hinchables de látex a los que se extraía el aire, creando dicha ilusión al proyectarse a elevada velocidad. Otros efectos incluían decorados capaces de rotar sesenta grados, modelos en miniatura y una recreación a escala de las alcantarillas de Tokio.

Algunos acusaron a El Hombre H de ser una copia de su contemporánea The Blob — aunque tienen poco en común más allá de una masa gelatinosa que devora carne humana. El film de Honda es en realidad una mezcla de thriller de ciencia-ficción y cine negro, con una trama que conjunta policías, marinos, cantantes de club nocturno, científicos y traficantes de drogas contra una amenaza mortal. La película puede no haber igualado la taquilla de Godzilla o Rodan, pero en su día mereció comentarios más favorables. La crítica valoró su cuidada factura y bien pensado guión. Igualmente, los hábiles y aterradores efectos, junto a las excelentes interpretaciones, le han proporcionado un encanto duradero.

Un negocio de drogas sale mal y el gangster Misaki trata de huir; los testigos le ven desaparecer en la calle dejando sus ropas como único rastro. La policía interroga sin éxito a su esposa, la cantante Chikako Arai, y más tarde uno de los rivales del traficante intenta sacarle la verdad a golpes. Tras dejarla, se esfuma en las mismas circunstancias que Misaki. Poco después el joven doctor Masada informa al inspector Tominaga de un caso similar en un barco aparentemente abandonado y hallado por unos pescadores, tres de los cuales han sido atacados por una sustancia verdosa que disuelve todo lo que toca. Esta especie de líquido viviente es todo lo que queda de la tripulación del "barco fantasma" después de atravesar la nube radiactiva producida por una bomba de hidrógeno. Policía y científicos corren contra el tiempo cuando descubren que ahora los "Hombres H" se ocultan en el sistema de alcantarillado de la capital nipona...

Chikako en plena actuación (foto: The Dwrayger Dungeon)

Los pescadores abordan el Ryujin Maru N.º 2 (foto: The Dwrayger Dungeon)

Hallazgos siniestros (foto: The Dwrayger Dungeon)

El doctor Masada prueba la máquina llamada "Ceniza de la Muerte" (foto: The Dwrayger Dungeon)

Un "Hombre H" se materializa en el apartamento (foto: The Dwrayger Dungeon)

Invulnerable a las balas (foto: The Dwrayger Dungeon)

Devorando a otra víctima (foto: The Dwrayger Dungeon)

Las criaturas deben ser destruidas a toda costa (foto: The Dwrayger Dungeon)

Trailer de la película (vídeo: YouTube)

El Hombre H (1958) on IMDb


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lunes, 16 de noviembre de 2015

La Invasión de los Hombres del Espacio

Borrachera de emociones


La Invasión de los Hombres del Espacio es una comedia de ciencia-ficción y terror producida por James H. Nicholson y Robert Gurney Jr. para Malibu Productions en 1957. El film fue dirigido por Edward L. Cahn y protagonizado por Steven Terrell, Gloria Castillo, Frank Gorshin, Raymond Hatton y Lyn Osborn. Al Martin y Robert Gurney Jr. basaron su guión en la historia corta The Cosmic Frame (1955), publicada por el conocido escritor pulp Paul W. Fairman en la revista Amazing Stories. El habitual de la productora Ronald Stein compuso la música. La trama relata la llegada a una pequeña ciudad de unos alienígenas con intenciones siniestras; son descubiertos por una pareja de adolescentes enamorados, pero nadie da crédito a su alarma. Aunque para algunos es muy mala, la película tiene el mérito de ser una de las primeras parodias del subgénero de invasores extraterrestres, filmada precisamente en pleno apogeo del mismo.

Póster de la película (foto: Wrong Side of the Art!)

James H. Nicholson produjo personalmente La Invasión... para distribuirla a través de American International Pictures, de la cual era copropietario. En su momento se estrenó en programa doble con Yo Fui un Hombre Lobo Adolescente. Este producto conspicuamente dirigido al público juvenil de los autocines no resulta tan gracioso como pretende ser, un defecto mucho más grave que su completa falta de lógica o su apariencia cutre. La combinación de comedia y película de monstruos funcionaría mejor en décadas posteriores con ejemplos como Gremlims (1984) o Aracnofobia (1990).

El "jornalero de la dirección" Edward L. Cahn rodó todo el film en un diminuto estudio de sonido: el resultado, más que falso, es claustrofóbico. Paul Blaisdell diseñó los hombrecillos verdes del título, que si bien no son uno de sus mejores trabajos sí ofrecen una imagen icónica del invasor alienígena (lo mismo cabe decir del póster de Albert Kallis).

Cierta noche de sábado los jóvenes Johnny Carter y Joan Hayden planean fugarse juntos, pero antes visitan un rincón de los enamorados local para comprobar que están hechos el uno para el otro. Conduciendo en la oscuridad sin luces golpean algo; descubren que han atropellado una pequeña criatura alienígena y corren a informar a las autoridades. Sin que ellos lo sepan, la mano desprendida del ser vuelve a la vida y comienza a sembrar el caos en la campiña. La policía piensa que la historia es una broma, pero encuentra el cuerpo de un hombre y acusa a la pareja de homicidio. En realidad la víctima, Joe, el borracho del pueblo, ha tenido la mala suerte de tropezar con los hombrecillos verdes, los cuales han llegado a la Tierra con aviesas intenciones a bordo de un platillo volante. Johnny y Joan huyen de la policía y finalmente descubren que una luz brillante puede destruir a los alienígenas. Con ayuda de otras parejas de enamorados utilizan los faros de los coches para enfrentarse a los invasores.

Dos de los temibles alienígenas con aspecto de repollo y su — casi — mortal arma inyectora de alcohol (foto: 3B Theater Poster Archive)

Joe sufre una sobredosis (foto: 3B Theater Poster Archive)

Las criaturas atacan a Artie, el colega de Joe (foto: 3B Theater Poster Archive)

Joan y Jonnhy, en peligro (foto: 3B Theater Poster Archive)

El Ejército encuentra el platillo volante (foto: 3B Theater Poster Archive)

Los chicos descubren con alivio que Artie está vivo... y ebrio (foto: 3B Theater Poster Archive)

Trailer de la película (vídeo: YouTube)

La invasión de los hombres del espacio (1957) on IMDb


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lunes, 9 de noviembre de 2015

Gog, el Monstruo de Cinco Manos

Frankenstein de acero


Gog, el Monstruo de Cinco Manos es una película estadounidense de 1954 dirigida por Herbert L. Strock y resulta notable por haber sido filmada en Eastmancolor, formato panorámico y tres dimensiones. El film fue distribuido por United Artists. Constituye el tercer y último episodio en la serie del productor Ivan Tors sobre la Oficina de Investigación Científica (OSI en las siglas en inglés), después de El Monstruo Magnético (1953) y El Cohete Conquistador (1954). El guión de Tom Taggart se basa en una historia de Tors (con diálogos de Richard G. Taylor). Cuenta las andanzas de un agente de seguridad enviado a investigar un posible sabotaje en una base secreta, cuyo funcionamiento está coordinado por una supercomputadora y sus dos robots. El reparto lo encabezan Richard Egan, Constance Dowling y Herbert Marshall. Harry Sukman escribió la banda sonora.

Póster de la película (foto: Wrong Side of the Art!)

Parte del rodaje — que se completó en quince días — tuvo lugar en la antigua Base de la Fuerza Aérea de George, en Victorville, California. La escena del centrifugador se filmó en la Universidad del Sur de California; los actores se sintieron tan mareados que hubo que sustituirlos por muñecos. El actor Billy Curtis, afectado de enanismo, manipuló desde el interior a los robots GOG y MAGOG, los cuales poseían un aspecto marcadamente no humanoide que recuerda al de los Daleks — y que acentúa su aureola maligna. A pesar del estudiado uso del color en vestuario y decorados, la película es sorprendentemente sobria en la explotación del 3-D, quizás debido a que el director Herbert Strock tenía visión monocular y en consecuencia no percibía imágenes tridimensionales. El coste del film se quedó en unos ajustados 250.000 dólares. Al estrenarse en el ocaso de la moda del 3-D, la versión estereoscópica (que requería dos proyectores) se exhibió en muy pocas salas antes de que la distribuidora la retirase.

Como las anteriores entregas de la trilogía, Gog es un film considerablemente más interesado en la ciencia que en la ficción. Los personajes e incluso la acción básica quedan en un segundo plano, mientras la historia se centra en especular cómo reaccionaría la Humanidad (representada por arquetipos oficiales, militares y científicos característicos) ante ciertas amenazas tecnológicas. No por casualidad, Tors sacó los nombres de sus robots de un pasaje de la Biblia (Ezequiel, Capítulo 18) que se refiere al Apocalipsis. Este concepto pudo haber sido ligeramente repelente para el público infantil, aunque los niños que sí lo vieron en su día encontraron elementos inquietantes y aterradores; al mismo tiempo, atrajo a espectadores más maduros, ayudándose de un reparto que ponía al film por encima de sus congéneres. La recepción fue buena y muchos críticos destacaron la base científica de la película (una "cuestión de honor" para Tors en sus producciones de ciencia-ficción).

Cuando dos científicos de una instalación gubernamental de alto secreto dedicada a la investigación espacial pierden la vida — en sus propios laboratorios, durante un experimento de hibernación inducida — el doctor David Sheppard es enviado para esclarecer los hechos. Sheppard se introduce con facilidad en el excéntrico grupo de científicos... aunque en permanente riesgo de distracción por la presencia de Joanna Merritt, supuesta ayudante del director del proyecto, el doctor Van Ness, pero en realidad otra agente de seguridad. Sheppard está tan confundido como el que más por los inexplicables acontecimientos ocurridos en el complejo subterráneo (equipo en buen estado que de repente sufre fallos mortales, radares que detectan aviones inexistentes), hasta que los relaciona con las funciones de NOVAC (Computadora Automática Variable de Operación Nuclear), el cerebro electrónico de la base. Pero el misterio aumenta cuando descubre que NOVAC estuvo desconectada durante uno de los "accidentes" — y que ni siquiera sus operadores pueden dar cuenta del paradero de GOG y MAGOG, los dos robots bajo control de la computadora.

El doctor Van Ness y su ayudante Joanna reciben al doctor Sheppard (foto: Forgotten Films)

La base subterránea emula el diseño de una futura estación espacial (foto: Forgotten Films)

MAGOG y GOG (foto: Forgotten Films)

Otro de los misteriosos "accidentes" acaba con un sujeto de prueba (foto: Forgotten Films)

Trailer de la película (vídeo: YouTube)

Gog, el monstruo de cinco manos (1954) on IMDb


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lunes, 2 de noviembre de 2015

La Diabla

Sobrevivir a cualquier precio


Considerada una muestra menor del género, La Diabla es una película de ciencia-ficción y cierto tono de cine negro dirigida por Kurt Neumann en 1957. Neumann la produjo (junto a un no acreditado Robert L. Lippert) para Regal Films y asimismo escribió el guión en colaboración con Carroll Young, el cual se basaba en la historia The Adaptive Ultimate que Stanley G. Weinbaum publicó en noviembre de 1935 en Astounding Stories bajo el pseudónimo de John Jessel. El film lo protagonizan Mari Blanchard, Jack Kelly, Albert Dekker, John Archer y Fay Baker. 20th Century-Fox lo distribuyó en programa doble con Kronos, ¡el Conquistador del Universo!, otra obra — mucho más recordada — del director. La trama describe cómo un científico desarrolla un suero que aumenta la capacidad adaptativa del cuerpo humano para combatir enfermedades. Cuando lo prueba en una mujer aquejada de una dolencia terminal, la paciente no sólo se recupera sino que se vuelve malvada y homicida. Paul Sawtell y Bert Shefter compusieron una notable banda sonora.

Póster de la película (foto: Wrong Side of the Art!)

Durante su trágicamente corta carrera, Stanley G. Weinbaum tuvo una influencia inmensa en la ciencia-ficción de la época — en 1970, Una Odisea Marciana quedó en segundo lugar en una votación de los Escritores de Ciencia-Ficción de América al mejor relato del género. Hoy día algunos piensan que su obra ha envejecido mal, sobre todo porque sus ideas más imaginativas han sido asumidas por muchos otros autores, pero aún conserva encanto y fuerza. Desafortunadamente, poco de esto se puede encontrar en La Diabla. El film toma la idea central de Weinbaum y la rodea de los clichés habituales, en particular el del científico invadiendo los dominios divinos con funestas consecuencias, al tiempo que Neumann lo dirige con limitada inspiración. La improbable premisa de la historia junto con algunos diálogos involuntariamente hilarantes son otros de sus defectos, por no mencionar la rampante misoginia.

Esta modesta película — Regal Films era la subsidiaria de 20th Century-Fox para las producciones de serie B a finales de los años 1950 — tiene no obstante un aspecto atractivo gracias al formato panorámico Regalscope y la elegante fotografía en blanco y negro de Karl Struss. El cambio de color del cabello de Kyra se realizó mediante filtros, una técnica que Struss había empleado por primera vez en la era del cine mudo. Por su parte, la interpretación de la seductora Mari Blanchard es memorable, rivalizando con su encarnación de la Reina de Venus en Abbott y Costello Van a Marte (1953).

El doctor Dan Scott inventa una cura milagrosa para ciertas enfermedades mortales a partir de la mosca de la fruta — el organismo más adaptable conocido. Pide ayuda a su superior el doctor Richard Bach para probar el suero con una de sus pacientes. Enferma de tuberculosis, Kyra Zelas accede a someterse al experimento, y casi instantáneamente recupera la salud y la fuerza. Sin embargo, existe un efecto secundario: su sobreexcitada glándula pineal transforma la personalidad amable e inofensiva de Kyra en la de una maquiavélica depredadora con rasgos homicidas. Mientras los doctores asisten impotentes, Kyra asesina a la esposa del acaudalado Barton Kendall, esbozando planes para acabar también con él y reclamar sus millones. Scott y Bach no saben cómo detener a una criatura que parece inmune a cualquier agresión exterior.

El doctor Dan Scott se siente fascinado por la moribunda Srta. Zelas (foto: 3B Theater Poster Archive)

Kyra es otra — toma lo que quiere, cuando quiere (foto: 3B Theater Poster Archive)

La policía busca a una morena (foto: 3B Theater Poster Archive)

La pantera, un experimento previo del doctor Scott (foto: 3B Theater Poster Archive)

La nueva Kyra devora cultura y conocimientos (foto: 3B Theater Poster Archive)

Buscando una presa (foto: 3B Theater Poster Archive)

Para la Sra. Kendall la diablesa ha ido demasiado lejos (foto: 3B Theater Poster Archive)

Indefensa al fin (foto: 3B Theater Poster Archive)

Trailer de la película (vídeo: YouTube)

She Devil (1957) on IMDb


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