lunes, 25 de mayo de 2015

El Monstruo del Rayo Gamma

Los prisioneros de Gudavia


Producido por Warwick Films en los estudios de M-G-M en Elstree, Inglaterra (con localizaciones en Austria), y distribuido por Columbia Pictures en los Estados Unidos, el largometraje británico de 1956 El Monstruo del Rayo Gamma es una de las mayores rarezas de la década. Sobre el papel, el argumento (acerca del uso de los rayos gamma para provocar la evolución — o más bien la involución — de seres humanos) se encuadra en el género de la ciencia-ficción; tal como fue escrito, dirigido e interpretado, no obstante, combina elementos de comedia, terror, fantasía, espionaje y anticomunismo. La película fue dirigida por John Gilling y protagonizada por Paul Douglas, Eva Bartok, Leslie Phillips, Walter Rilla, Martin Miller, Philip Leaver y Michael Caridia. Gilling asimismo escribió el guión a medias con el productor John Gossage, a partir de un relato de Louis Pollock. The Gamma People, su título original, se exhibió en programa doble con la adaptación de la novela de Orwell 1984. George Melachrino compuso la banda sonora.

Póster de la película (foto: Wrong Side of the Art!)

El guión definitivo surgió de un borrador realizado a principios de los años 1950 por el futuro gran director Robert Aldrich, cuyo nombre no se cita en los títulos de crédito. Los derechos fueron adquiridos por el productor Irving Allen, pero pasaría un tiempo hasta que Allen financiase la película junto a su socio Albert R. Broccoli (quien ganaría fama coproduciendo la serie de James Bond). El papel principal se ofreció a Paul Douglas, actor norteamericano de primera fila que acompañaba a su esposa Jan Sterling durante el rodaje de 1984, al cual se unió Leslie Phillips, recién empezada su larga carrera como encarnación de estereotipos británicos. Ambos talentos cómicos acaparan la pantalla casi todo el tiempo.

La comedia hace constantemente juegos malabares con perturbadoras escenas de locura, conmoción y crueldad que no tienen nada de graciosas. En su día las reseñas tomaron nota de la desconcertante fusión de géneros, valorándola generalmente como «torpe». Los críticos modernos, aunque conscientes de los defectos de la película, admiten que sigue siendo extrañamente interesante. La imaginaria Gudavia parece una mezcolanza de otros estados de ficción como la Borduria de Tintin, la Mythania de Rip Kirby o la Ruritania de El Prisionero de Zenda. The Gamma People atrapa la atmósfera sofocante y ligeramente irreal de un estado totalitario y algunas situaciones "de opereta" son de hecho reconocibles en regímenes del presente.

El periodista norteamericano Mike Wilson y el fotógrafo británico Howard Meade cruzan Europa en tren para cubrir el festival de música de Salzburgo. De repente, alguien desengancha su vagón y acaban en una vía muerta en Gudavia, un diminuto país del bloque oriental que ha permanecido aislado del mundo exterior desde la misteriosa muerte de su rey cinco años atrás. Son inmediatamente arrestados como espías. El tiránico líder del país es el doctor Boronski, quien, temeroso de atraer una atención no deseada, libera a los reporteros. Wilson olfatea una historia y comienza a investigar. Descubre que Boronski ha estado experimentando con niños y rayos gamma para crear una raza de genios sobrehumanos; hasta el momento, sin embargo, sólo ha obtenido autómatas brillantes pero sin emociones o violentos "Brutos" descerebrados. Atrapados en la hermética Gudavia, Wilson y Meade reciben una nota implorando ayuda de Paula, hermana de uno de los "experimentos"...

Mike y Howard atraviesan el pintoresco paisaje centroeuropeo (foto: Cool Ass Cinema)

El doctor Boronski ante su infame máquina (foto: Cool Ass Cinema)

Los fracasos no interrumpen los experimentos (foto: Cool Ass Cinema)

Hugo (foto: Cool Ass Cinema)

Howard y un "Bruto" (foto: Cool Ass Cinema)

Los extravagantes gustos artísticos de Hugo (foto: Cool Ass Cinema)

Hordas de pequeños sicarios hacen más opresivo el ambiente de Gudavia (foto: Cool Ass Cinema)

Presas del doctor Boronski (foto: Cool Ass Cinema)

Trailer de la película (vídeo: YouTube)

The Gamma People (1956) on IMDb


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lunes, 18 de mayo de 2015

The Lost Missile

Cuenta atrás


The Lost Missile es una modesta película en blanco y negro de 1958 producida por Lee Gordon y distribuida a través de United Artists. Estaba previsto que fuera dirigida por William A. Berke, quien a la sazón era también productor ejecutivo del film, pero éste falleció de un repentino ataque cardíaco el primer día de rodaje y su hijo, Lester William, ocupó el puesto. El guión fue coescrito (en una semana y media) por John McPartland y Jerome Bixby, autor de larga carrera en el género de la ciencia-ficción, a partir de un relato original del propio Lester Wm. Berke. La historia cuenta cómo un extraño misil aparentemente procedente del espacio exterior circunda la Tierra a baja altitud y enorme velocidad, destruyéndolo todo a su paso. En el reparto figuran Robert Loggia, Ellen Parker, Philip Pine, Larry Kerr, Marilee Earle y Kitty Kelly. La inquietante música de Gerald Fried tiene reminiscencias de su partitura para La Maldición del Hombre sin Cara.

Póster de la película (foto: FilmAffinity)

Esta película surgió en un escenario común a muchas producciones de ciencia-ficción contemporáneas: una premisa ambiciosa, un presupuesto peligrosamente pequeño, unos actores desconocidos y absoluta dependencia de las imágenes de archivo. El resultado es más que aceptable; lo que la hace especial es que la historia se desarrolla en tiempo real, con una tensión creciente a medida que se acerca el final de la cuenta atrás. Como se destacó en su época, las filmaciones de ejercicios militares y de la Defensa Civil están sorprendentemente bien integradas — con ciertos inevitables fallos de continuidad. El film también cuenta con unos decentes efectos visuales, obra de Jack R. Glass.

Aunque excesivamente melodramático para algunos, la crítica tiende a considerar The Lost Missile un film enérgico y eficaz, con ideas fascinantes, que disimula inteligentemente sus limitados recursos centrándose en la tragedia del protagonista. El póster insinúa que una fuerza desconocida (presumiblemente alienígena) controla el misil, pero uno de los aciertos de la película es dejar inexplicado el origen de la amenaza.

El concepto de un misil de crucero propulsado por energía nuclear, como "arma del Juicio Final", realmente ya se había propuesto en el Proyecto Pluto de la Fuerza Aérea estadounidense. Aunque las pruebas tendrían éxito, tanto el Departamento de Defensa como el Departamento de Estado consideraron que la idea era «demasiado provocadora» y el programa fue cancelado en 1964.

Una estación de radar tras el Telón de Acero detecta una misteriosa nave con forma de cohete acercándose desde el espacio. Los militares lanzan un misil defensivo; la explosión no destruye el objeto, sino que lo desvía de su curso y hace que sobrevuele el Hemisferio Norte a cinco millas de altitud y más de cuatro mil millas por hora, generando una temperatura de un millón de grados en su estela de cinco millas de ancho. Empezando en el Estrecho de Bering, el desbocado misil arrasa zonas cada vez más pobladas en un rumbo que lo llevará sobre Ottawa y después Nueva York, a 63 minutos; es más, el misil podría seguir volando indefinidamente gracias a su propulsión atómica y devastar el mundo entero en unas cuantas semanas. Todos los intentos de detenerlo fracasan. Entretanto, en el Laboratorio Atómico de Havenbrook el doctor David Loring trabaja en una cabeza nuclear en miniatura diseñada para acoplarse al cohete experimental "Jove". Al conocer el inminente desastre, el doctor Loring, junto a su prometida Joan Woods y su colega el doctor Joe Freed, tratan de imaginar cómo enfrentarse al misil perdido con su incompleta cabeza nuclear.

El misil es descubierto por militares de un indeterminado país comunista (foto: Just Screenshots)

La pesadilla está a punto de comenzar (foto: Just Screenshots)

Se hace pública la existencia del misil con la orden de evacuación general (foto: Just Screenshots)

La población es presa del pánico (foto: Just Screenshots)

Las calles desiertas de la capital de Canadá (foto: Just Screenshots)

Demasiado horrible (foto: Just Screenshots)

Trailer de la película (vídeo: YouTube)

The Lost Missile (1958) on IMDb


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lunes, 11 de mayo de 2015

El Monstruo Magnético

Los Hombres A


El Monstruo Magnético es una película de pura ciencia-ficción dirigida en 1953 por Curt Siodmak y Herbert L. Strock, este último sin acreditar. Fue la primera entrega de la trilogía sobre la Oficina de Investigación Científica — OSI en inglés — que llevó a las pantallas el productor independiente Ivan Tors, en este caso junto a George Van Marter; la siguieron El Cohete Conquistador y Gog, el Monstruo de Cinco Manos. La película está protagonizada por Richard Carlson, King Donovan y Jean Byron. Carlson, quien también coprodujo el film y prestó su voz al narrador, hacía su primera incursión en un género al que quedaría asociado para siempre en los años siguientes. El inteligente guión de Siodmak y Tors fue escrito originalmente para el episodio piloto de una serie de televisión que nunca se llegó a grabar. En su lugar, El Monstruo Magnético se convirtió en una producción cinematográfica distribuida a través de United Artists.

Póster de la película (foto: Wrong Side of the Art!)

Al decir de muchos críticos ésta es una de las películas de ciencia-ficción más novedosas y estimulantes de los años 1950. Tors y Carlson habían concebido una serie titulada Los Hombres A, la cual mostraría a los agentes de una ficticia Oficina de Investigación Científica enfrentándose cada semana a casos relacionados con misterios científicos. La idea era probablemente demasiado cerebral para las cadenas de televisión en aquel entonces y ante su rechazo los productores decidieron llevarla a los cines. El resultado tiene algo de Dragnet y otras series policíacas del período, así como de las intrigas tecnológicas que Tors haría para Misterios de la Ciencia, y algunos lo consideran uno de los mejores films de Sci-Fi de la década. En parte, el secreto tras su éxito está en un sobrio enfoque del suspense, con una "caza del hombre" casi documental en la primera mitad del film y un desenlace repleto de emociones — pero verosímil. Debido a la inexperiencia de Siodmak, muchas escenas fueron realmente dirigidas por Strock, un especialista en montaje contratado para integrar el abundante material de archivo.

En vez de crear nuevos efectos especiales y decorados, lo que hubiera disparado su presupuesto de 105.000 dólares, Ivan Tors tuvo la inspirada idea de adquirir la licencia para utilizar unos diez minutos de metraje procedente de la película alemana de ciencia-ficción Oro (1934). Las imágenes se adaptaron maravillosamente a El Monstruo Magnético, dando a las escenas finales un aspecto lujoso e impactante por muy poco dinero. En un esfuerzo para conseguir el deseado aire de credibilidad, se filmaron asimismo la computadora MANIAC del Laboratorio Científico de Los Álamos y el analizador diferencial de la UCLA. El conjunto de la película era (y sigue siendo) fascinante, satisfaciendo las necesidades de los amantes del misterio, el suspense y la ciencia-ficción.

El agente de la Oficina de Investigación Científica Jeffrey Stewart y su compañero el doctor Dan Forbes son enviados a una tienda de electrodomésticos cercana, donde un potente campo magnético ha imantado todos los objetos metálicos. Sus pesquisas les llevan a situar la fuente del magnetismo en un vuelo que transportaba al doctor Howard Denker, un científico que subió a bordo con un nuevo isótopo del elemento serranium. Denker está muriendo de envenenamiento por radiación, pero el isótopo que ha creado no sólo es radiactivo, sino peligrosamente inestable: cada once horas experimenta un ciclo de crecimiento en el que absorbe una inmensa cantidad de energía de los metales que lo rodean, duplicando su masa. Stewart calcula que pronto la radiación resultante matará a un enorme número de personas... y que, a menos que lo destruyan antes, en un solo día la masa de isótopo crecerá lo suficiente para desequilibrar la órbita de la Tierra.

Todo comienza en un simple establecimiento comercial (foto: Flickr)

Los agentes de la OSI rastrean el origen del misterioso campo magnético (foto: Flickr)

El isótopo de serranium revela características nunca vistas por la Ciencia (foto: Flickr)

Es inminente un nuevo ciclo de crecimiento en progresión geométrica (foto: Flickr)

Los científicos se quedan sin opciones — la única esperanza es el gigantesco ciclotrón de Nueva Escocia (foto: Flickr)

En la guarida del monstruo (foto: Flickr)

Trailer de la película (vídeo: YouTube)

The Magnetic Monster (1953) on IMDb


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lunes, 4 de mayo de 2015

El Ataque de los Cangrejos Gigantes

Más allá de las leyes de la Naturaleza


Tercera de las nueve películas estrenadas por el director Roger Corman en 1957, El Ataque de los Cangrejos Gigantes es otra muestra del subgénero de "monstruos creados por la radiación". Corman la produjo a través de su compañía Los Altos Productions con una característica economía de medios (el presupuesto fue de unos 70.000 dólares), siendo distribuida por Allied Artists conjuntamente con Emisario de Otro Mundo. El guión es obra de su colaborador habitual Charles B. Griffith. Ronald Stein compuso la música. El film trata de un equipo científico que viaja a una remota isla para averiguar qué le sucedió a una expedición anterior; el lugar resulta estar habitado por unos extraordinariamente peligrosos cangrejos mutantes. En el reparto figuran Richard Garland, Pamela Duncan, Russell Johnson, Leslie Bradley, Mel Welles, Richard H. Cutting y Beach Dickerson.

Póster de la película (foto: Wrong Side of the Art!)

Según el escritor Charles Griffith, Corman acudió a él para decirle «quiero hacer una película titulada El Ataque de los Cangrejos Gigantes», contándole que era un experimento en el que no deseaba filmar «ninguna clase de escena sin suspense o acción». Griffith sospechó que lo del "experimento" era un truco del Rey de la Serie B para evitarse rodar escenas que de todos modos cortaría en el montaje final. Impresionado por la reciente lectura de El Mundo del Silencio, de Jacques Cousteau (1953), Griffith guionizó las secuencias subacuáticas y propuso dirigirlas él mismo por cien dólares, una oferta que esperaba Corman no pudiera rechazar — y así fue. Este metraje, en todo caso un lujo en películas de bajo coste, fue rodado en Marineland del Pacífico. Otras localizaciones fueron Isla Santa Catalina y Bronson Canyon, en el Parque Griffith de Los Ángeles.

La mayor parte de la crítica considera esta producción de Roger Corman una baratija tonta pero encantadora. La película no se toma demasiado en serio a sí misma (Charles Griffith tiene un pequeño papel como primera víctima de los crustáceos), algo comprensible habida cuenta lo chapucero de los efectos especiales y el improbable argumento. La combinación de horror y humor se convertiría en una marca personal del director y fue un acierto. Con su corta duración y buen ritmo, El Ataque... sedujo al público mayoritariamente adolescente de autocines y pequeñas salas, alcanzando el millón de dólares en taquilla.

Un grupo de científicos llega a un atolón del Pacífico para descubrir lo ocurrido a una expedición precedente, enviada como observadora de las pruebas termonucleares estadounidenses y desaparecida sin dejar rastro. La isla está deshabitada y carece incluso de vida animal, excepto unos pocos cangrejos. El grupo queda aislado cuando el avión de la Armada que los ha llevado allí explota misteriosamente. Liderados por Dale Brewer y el doctor Karl Weigand, encuentran el diario del primer equipo, pero ninguna explicación de lo que le sucedió; solamente se mencionan pruebas de criaturas extrañas e inexplicables fenómenos físicos. Pronto empiezan a oír voces pertenecientes a los científicos desaparecidos, llamándolos en la noche... Su radio es saboteada y constatan que algo está sondeando la zona donde acampan. Finalmente, el grupo es arrastrado a las cavernas donde se oculta la verdadera amenaza — unos cangrejos cuyo tamaño e inteligencia han aumentado desmesuradamente por efecto de las radiaciones. Para colmo de males, estos monstruos están minando lentamente la isla, haciendo que se hunda en el océano.

El destrozado campamento de la primera expedición — sus armas han sido inútiles (foto: 3B Theater Poster Archive)

Las pesquisas bajo el agua del ingeniero Hank Chapman y la doctora Martha Hunter no resuelven el misterio (foto: 3B Theater Poster Archive)

Voces en la noche (foto: 3B Theater Poster Archive)

Mientras la isla se desmorona la radio no funciona (foto: 3B Theater Poster Archive)

El grupo por fin descubre algo en el subsuelo de la isla (foto: 3B Theater Poster Archive)

La horrible verdad (foto: 3B Theater Poster Archive)

Defensa desesperada (foto: 3B Theater Poster Archive)

¿A dónde huir? (foto: 3B Theater Poster Archive)

Trailer de la película (vídeo: YouTube)

El ataque de los cangrejos gigantes (1957) on IMDb


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